Corría el año de 1917, cuando el entonces secretario de guerra y marina y posterior jefe de estado, Federico Tinoco, decidió que era el momento de iniciar con la construcción del Cuartel Bellavista. Lo que para entonces Tinoco no sabía, era que aquel inmueble se convertiría en patrimonio histórico arquitectónico del país, para que, después de ser protagonista de conflictos e historias de guerra, pasara en 1949, a ser la nueva casa del Museo Nacional de Costa Rica.
La historia de este emblemático edificio, testigo silencioso de conflictos armados y momentos históricos, se plasma en la exhibición “Memorias del ejército en Costa Rica”, que será inaugurada, con una visita guiada por parte de los curadores Gabriela Villalobos y Fernando Leitón, este 19 de octubre a las 2 pm en el Museo Nacional.
Ubicada en la sala de los antiguos calabozos, cerca de 200 piezas históricas relacionadas con el ejército dialogan con el espacio más original del Cuartel, en donde todavía se conservan las celdas con graffitis de la década de 1940, los restos de los baños y retretes, parte de la cocina y sobre todo la entrada de uno de los túneles internos del Cuartel, descubierto y excavado en el 2009.
La exhibición, es producto de un proceso de investigación entre la curadora e historiadora Gabriela Villalobos y el coleccionista y co-curador Fernando Leitón. Según la historiadora, la muestra “busca contextualizar el Cuartel Bellavista dentro la historia del ejército y de los conflictos militares que ha vivido el país en su devenir histórico, procesos que no pueden desligarse de los grandes conflictos internacionales que han afectado directa o indirectamente a Costa Rica, sobre todo en el siglo XX”.
El edificio que hoy alberga al Museo Nacional, es uno de los más emblemáticos de la capital. Ubicado en los altos de Cuesta de Moras, pasó de cafetales a casa de habitación, su más reconocido morador fue el liberal e intelectual Mauro Fernández junto a su familia, desde esa época consiguió fama el nombre de “Buena vista” o “Bella vista” por la panorámica que se tenía de ciudad capital. Después de su fallecimiento, la casa fue comprada por el gobierno y comenzó a transformarse en el Cuartel Bellavista bajo el mandato de Federico Tinoco, quien se había casado con María Fernández, hija de Don Mauro.
Antes de que el Museo se trasladase al Cuartel, el gobierno demolió el torreón suroeste, el muro este y selló los túneles internos con el objetivo de que el edificio no fuera usado otra vez en un conflicto si se mantenía su potencial militar estratégico. Ya ubicado el Museo en el Cuartel, se dieron varias transformaciones, especialmente al darle un aire neocolonial a sus corredores y techos.
Costa Rica en la historia de sus conflictos armados
Cascos, quepis, rifles, armas, municiones, un cañón, fotografías “Memorias del ejército” muestra con todo detalle, el tipo de armamento y municiones que resguardaba el Bellavista en 1930. Asimismo, más allá de las imágenes y las palabras, la historia se comprende a través de los objetos. “Con ese fin, se exhiben bienes relacionados a la historia militar de Costa Rica, así como objetos utilizados en diferentes guerras alrededor del mundo; pues la influencia extranjera no solo es a nivel político, ideológico o diplomático, sino también en cuanto a armamento e indumentaria”, explicó la historiadora.
El recorrido de la muestra inicia con el tema del conflicto desde la época precolombina, algo que no era ajeno a las sociedades de ese momento; por eso, no podía faltar un guerrero en piedra, con su cabeza trofeo en una mano y en la otra un hacha. Se continúa con información sobre las milicias coloniales y con la Campaña Nacional de 1856-1857. Posteriormente se profundiza en el siglo XX, en primer lugar, sobre la dictadura de Federico Tinoco entre 1917-1919, la Guerra de Coto contra Panamá en 1921 y el “Bellavistazo” en 1932.
“Es muy importante comprender esas coyunturas históricas pues explican el descrédito y debilitamiento en que cayó el ejército, lo que permitió su abolición años después” explicó Villalobos. Un segundo momento clave es mediados del siglo XX, donde la sociedad costarricense vive la Guerra Civil de 1948, la abolición del ejército ese mismo año, poco después el “Cardonazo” en 1949 y la invasión por la frontera nicaragüense de los calderonistas en 1955. Es en ese periodo, cuando se transforman las fuerzas armadas en cuerpos policiales, hasta el día de hoy.
Objetos que cuentan historias
“Memorias del ejército”, cuenta una historia quizá poco conocida en el contexto pacifista de la Costa Rica del siglo XXI, pero los conflictos armados que el país vivió dentro y fuera de sus fronteras, fueron claves en la historia del país.
Los objetos, son testigos que cuentan estas historias. En la exhibición podemos observar muchos con historias interesantes. Por ejemplo, un casco que se cree perteneció a un soldado que fue la primera baja de la invasión calderonista en 1955, “creemos que le pertenecía a un soldado que estaba en la Hacienda Santa Rosa, el orificio de bala, así como relatos de diversas personas nos han hecho llegar a esa conclusión”, explicó Leitón.
Para él, el objeto más emblemático de esta muestra es un cañón de montaña con el grabado “President Guardia” y que data de 1872 y que según registros investigados por Leitón, pudo haber sido adquirido por el mismo Tomás Guardia al fabricante norteamericano Broadwell, durante la Exhibición Universal de Viena, 1873. Este tipo de inscripción es poco común, por lo que es probable que fuera una dedicación especial de Broadwell a Guardia, eso en materia de historia y coleccionismo, lo hace muy especial, explicó Fernando.
Finalmente, la exhibición muestra objetos militares utilizados en guerras mundiales, como cartuchos de cañón, o que las representan como una colección de tanques y soldados de plomo, cascos y municiones.
La exhibición estará hasta febrero del 2018 en horario del Museo, de martes a sábado, de 8.30 am a 4.30 pm y domingo de 9 am a 4.30 pm.