EL MUNDO PLÁSTICO DE GUSTAVO ARAYA.
He sido testigo de la trayectoria artística de mi querido amigo Gustavo Araya, hemos compartido momentos maravillosos de nuestra juventud, vi como este extraordinario dibujante fue creciendo, como fue adquiriendo reconocimiento, cosechando premios, exponiendo sus maravillosas imágenes, en donde, desde sus inicios, tuvo muy claro su objetivo: DIVERTIRSE.
Su norte siempre ha sido disfrutar de la creación, vivir para el arte, por el arte, hacia y desde el arte, porque para él este divertimento, esta alegría, es un juego lúdico, una pasión desbordante, con todo su lenguaje metafórico, con su particular iconografía:
triciclos, que nos remiten a una niñez temprana, globos que nos recuerdan las celebraciones de nuestro onomástico, los obsequios, los carritos, los caballitos de madera, las mujeres de piernas larguísimas, que nos remiten a esas féminas fuertes, gigantescas, desnudas, mostrándonos el lado erótico, el lado femenino de la vida, sus famosos gatos, que son cómo él mismo los titula: lindos, feos, tontos, simpáticos , con todas las atribuciones humanas; también están las tortugas, los cerditos, los pizotes, los elefantes, toda esa animalística, tan original, tan reconocible, como toda la estética Arayana.
Gustavo maneja la técnica de la plumilla con una destreza deslumbrante, toda su obra monocromática está hilvanada por un trazo firme, elegante, que denota al artista que se satisface, que disfruta, que nos contagia con su energía renovadora a través de sus obras.
También el colorido que utiliza Gustavo Araya demuestra una vitalidad, un goce, que invita al ojo a deleitarse en su cosmovisión pictórica.
Hoy nos presenta sus obras, sus fabulosas imágenes que plasma en diferentes formatos y medios, este Gustavo, con un bagaje y experticia, que lo hacen ser ese hacedor, ese insigne y prolífico creador de artefactos visuales, que bien pueden ser bidimensionales o tridimensionales, pero que nos deslumbran con esa calidez, con ese entusiasmo, que forma parte ya de su original huella.
El acento tropical, el dibujo como columna vertebral, la originalidad como bandera, son parte del mundo plástico de este artista, que se resiste a ser adulto, que aún “juega” con sus artilugios, que nos fascina y nos hace parte de un mundo mágico, con ese colorido y acento tan original y extraordinario.
Vemos en esta exposición, obras de una potente expresión visual como: “Vochocats”, en donde un grupo de felinos celebran con sus pitoretas, desde un carro azul en movimiento, su fiesta, contagiándonos, invitándonos a subirnos junto a ellos, para celebrar la alegría.
Admiramos piezas como la “Sirena violinista” de potente expresión, de un colorido vivaz.
Nos deleitamos también con la obra “El Gato del Pibe Hine” que está bailando sobre un teclado a sus patas, trasmitiéndonos su musicalidad.
Asistimos a la magia del color y la sobriedad de sus trabajos en cada pieza de arte de este talentosísimo artista, de este gran amigo, de este valioso creador del arte contemporáneo costarricense.
Celebro esta nueva exposición, con este desfile de piezas maravillosas, como un tributo a la vida, a la belleza, al placer de la existencia.
¡Viva el arte!
¡Viva el mundo plástico de Gustavo Araya!
¡Los invito a que disfrutemos esta extraordinaria fiesta del color!
Ignacio Carballo Luján
Galerista de Arte.