40 años más allá de los escenarios
Más de 10 direcciones artísticas, 25 coreógrafos internacionales y 50 nacionales invitados, más de 110 intérpretes creativos y casi 200 obras coreográficas son el legado de la CCDUNA.
Más de 25 coreógrafos internacionales invitados, 50 nacionales, más de 110 intérpretes creativos y casi 200 obras coreográficas, son el legado de 40 años de trayectoria de la Compañía de Cámara Danza UNA (CCDUNA), de la Escuela de Danza de la Universidad Nacional.
En agosto de 1981 durante la gestión del exdirector Víctor Hugo Fernández, se creó la CCDUNA gracias a la incorporación al medio de Jorge Ramírez, quien recién concluía sus estudios de posgrado en la Universidad de Michigan.
“En estos 40 años de trabajo, personas artistas poseedoras de una gran trayectoria han sido directores de esta agrupación, cada una le ha dado su sello y estilo creativo mediante el desarrollo de lenguajes coreográficos abordados en sus períodos de trabajo, liderando a los diferentes elencos, con un enfoque desde la perspectiva de la “Universidad Necesaria” y enfrentando muchos retos, más allá de lo artístico”, detalló Marta Ávila, directora de la Escuela de Danza.
Del gran acervo coreográfico que posee la CCDUNA, muchas producciones de su repertorio fueron merecedoras del reconocimiento de los premios nacionales en las categorías de mejor creación coreográfica. También lo obtuvieron en el ámbito de la interpretación, como mejor agrupación, dirección y propuesta plástica, así como menciones de honor.
En este sentido, Ávila destaca las obras: La pasión de San Juan (1996) de Jimmy Ortiz, Entrecruces (2000) de Ileana Álvarez, Margarita (2014) de Vicky, Paloma (2015) de Yul Gatjens, Estados alterados (2017) de Nandayure Harley y Cicatriz (2019) en la que se reconoce el talento de Álvaro Piedra.
Asimismo, las intervenciones de las bailarinas Marianela Vargas (2001) y Melissa Montero (2016) obtuvieron este reconocimiento nacional. Y las actuaciones del conjunto en los años 1996 y 2006, recibieron por parte del jurado Mención de Honor, y Mejor Grupo en 2000, 2008 y 2013.
De acuerdo con Ávila, desde sus inicios la CCDUNA apostó por la extensión, pues sus actuaciones se presentan no solo en teatros, sino también en comunidades lejanas. “Había un interés por mostrar el trabajo dancístico en cualquier parte del país, con el fin de sensibilizar a muchas personas con el quehacer de la agrupación”.
En ese sentido se han esforzado por llevar sus 200 coreografías a espacios alternativos, distintas plataformas coreográficas, festivales nacionales y giras internacionales en Nicaragua, Panamá, El Salvador, Honduras, México, Perú, Estados Unidos, Inglaterra, España, entre otros.
Actualmente, el elenco constituido por Álvaro Murillo, Michelle Sánchez, Jennifer Ramos, Mónica Masís, Juan de Dios Rodríguez y Carlos Mario Ramírez, está liderado por Kimberly Ulate, maestra y coreógrafa. Ellos desde 2020 se han preparado para celebrar estos 40 años de bailar, proyectar y vivir la danza.
Esta celebración se dio en el marco de la presentación de Flotando en Surá, espectáculo coreográfico creado por la coreógrafa, bailarina, académica y actual directora del proyecto, Kimberly Ulate Molina.
Continuar con la labor ardua de la creación, investigación y extensión artística es un gran reto que se plantea la Escuela de Danza y la Universidad Nacional. Al respecto la directora de la CCDUNA amplía: “Debemos dar impulso a un progresivo cambio de paradigma donde los intérpretes puedan ser entendidos como creadores, y sus producciones, la materia concreta con la que aportan nuevos procedimientos de trabajo y proponen experiencias estéticas que dan qué pensar”.
Alejandra Gamboa, vicerrectora de Vida Estudiantil quien estuvo presente en esta celebración indicó, “Hoy, en medio de una sociedad que ha quedado encerrada, entre sus propios laberintos, la expresión artística esencialmente humanista y humanizante que caracteriza la riquísima producción académica de la Compañía de Cámara Danza UNA, representa una esperanza para el asalto emocional más profundo, el que surge de aceptar la invitación a ser parte de la puesta escena que recoge y expresa la fuerza del movimiento de las personas productores y las y los bailarines, ese que roba el aire, que fija la mirada, que inspira y transporta, que provoca lágrimas y roba alientos.
En este escenario, el pasado 15 de noviembre se rindió homenaje póstumo al académico Rolando Brenes Calvo, quien permaneció en la Escuela desde 1992.
Este liberiano de nacimiento recibió en su trayectoria de intérprete -creador múltiples reconocimientos, y desde 1990 y hasta el 2020 fue maestro de Danza Contemporánea. “Rolando ya nos trascendió, más su recuerdos y enseñanzas perdurarán en nosotros, sus compañeros, amigos y alumnos”, dijo Rodolfo Seas, académico de la Escuela de Danza, quien fue el encargado de reseñar la trayectoria de este artista, quien falleció en agosto anterior.