Profesionales de Costa Rica y México se unen para conservar y restaurar la esfera de piedra precolombina más grande del país

  • El sitio arqueológico El Silencio es Patrimonio Mundial.

  • Esfera mide 2.66 metros de diámetro y pesa 24 toneladas.

  • Por largos años sufrió alteraciones debido a la naturaleza y al ser humano.

 Como un hito en la historia de la restauración de artefactos precolombinos, así se puede caracterizar a los trabajos de conservación-restauración de la esfera precolombina más grande registrada hasta el momento, ubicada al sureste de Costa Rica en el sitio arqueológico El Silencio.

Desde el 15 de abril de este año, un equipo de profesionales en arqueología y conservación-restauración de México y Costa Rica, unidos por un acuerdo de cooperación binacional entre ambos países, trabajan en la estabilización y optimización de la lectura de la esfera precolombina en el sitio arqueológico El Silencio, el monumento escultórico más grande del país y que se encuentra en uno de los cuatro sitios Patrimonio de la Humanidad.

Trabajos. En esta temporada de campo 2019, el equipo de especialistas trabaja en la limpieza en seco y en húmedo, la recuperación y la reintegración de fragmentos de roca desprendidos de la esfera que fueron resguardados por el Museo Nacional en los ultimos años. “Es gracias al trabajo continuo que los funcionarios del Museo han realizado en más de una década y a excavaciones controladas recientes que es posible que dichos fragmentos regresen a su lugar original”, afirmó la Dra. Isabel Medina-González, de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del Instituto Nacional de Antropologías e Historia de México (ENCRyM-INAH), quien coordina la misión.

Asimismo, se han efectuado tareas de estabilización con el fin de que el deterioro en la esfera se reduzca y no continúe. “Hemos aplicado ribetes y resanes de protección elaborados con morteros a base de cal y arena. Con estos trabajos estamos seguros que la esfera va a cambiar de aspecto de forma definitiva, pero no va a quedar como nueva; nuestra intención es preservar los valores, la integridad y la autenticidad que la hacen relevante y significativa como un legado precolombino, que muestre las marcas del tiempo y los cientos de años que tiene de antigüedad, agregó la Dra. Medina-González.

Asociado a la esfera, en el sitio existe un empedrado conformado por cantos rodados (piedras de río) y piedras calizas que presenta una extensión aproximada de 12 m de largo y un ancho entre 1 - 2 m, orientado de noreste a sureste.

Para esta temporada 2019, se re- excavaron dos sectores con el fin de realizar su diagnóstico y su monitoreo. Como resultado de esta metodología se empezó la consolidación del empedrado, el equipo interventor aplicó morteros a base de cal, arena y arcilla y reintegraron los cantos rodados desplazados.

Las intervenciones realizadas utilizan materiales compatibles, respetan los valores y sistemas constructivos empleados por las poblaciones precolombinas del sureste de Costa Rica, así como sus huellas del tiempo, además, las zonas tratadas se diferencian de los sectores originales, de esta manera se mantiene la integridad y la autenticidad de sitio. Tal como lo indica el equipo interdisciplinario participante, se trata de tratamientos que cumplen con los criterios de la conservación-restauración profesional.

Un trabajo interdisciplinario y sistemático

Llegar a la intervención de la esfera de El Silencio implicó un proceso interdisciplonario y sistemático de documentación, estudio y diagnóstico, que suma para este 2019, más de tres años en campo y laboratorio. Para ello, “se llevó a cabo un registro continuo de cambios de temperatura y humedad ambiental, así como los estudios in situ de temperatura y humedad de superficie de la esfera, documentación fotográfica de las alteraciones, registros de texturas y grados de dureza, presencia de sales y absorción de agua” explicó Javier Fallas.

Según Medina-González, es gracias al diagnóstico detallado de los bienes arqueológicos, de los estudios sobre el ambiente y su impacto sobre la esfera, así como las investigaciones científicas interdisciplinarias con diversas instituciones involucradas, que se ha logrado una toma de decisiones informada, justificada y razonada sobre la intervención de la misma, en el empedrado y el entorno inmediato.

El trabajo conjunto entre el INAH y el Museo Nacional ha logrado además, la capacitación y adquisición de conocimientos en materia de conservación arqueológica, de esta forma, una vez que las temporadas de campo con Medina-González concluyen, son los funcionarios del Museo Nacional Javier Fallas, Alfredo Duncan y Alonso Silva, quienes a lo largo del año continúan aplicando las técnicas aprendidas, en favor de la protección del patrimonio precolombino de Costa Rica.

Para cumplir la labor de investigación se ha involucrado a diferentes instancias públicas y privadas nacionales e internacionales de carácter científico y tecnológico, tales como el Laboratorio Nacional de Nanotecnología (LANOTEC-CENAT), Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme de la UCR), la empresa SG,  el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) y el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIE-UNAM) , las primeras  cuatro costarricenses y las dos últimas mexicanos.

A inicios del 2019 se contó con el apoyo de LANOTEC del Centro Nacional de Alta Tecnología (CeNAT-CONARE) y la empresa SG, quienes realizaron un levantamiento 3D de la esfera de El Silencio por medio de un escáner laser y fotogrametría –una técnica que consiste en tomar una serie de fotografías en diferentes ángulos estratégicos para abarcar la mayor cantidad de información-; ello permitirá obtener  modelos digitales tridimensional del monumento con fines de documentación, monitoreo y difusión.

El ingeniero mecatrónico Carlos Villalobos, investigador del LANOTEC, participó en una gira de campo a la finca El Silencio en compañía de los expertos del Departamento de Protección del Patrimonio Cultural del Museo Nacional durante la cual se tomaron más de 200 fotografías que servirán de base para la realización del levantamiento fotogramétrico. “Gracias a estos estudios hemos comprendido las alteraciones que presenta esta esfera, así como las condiciones en que se encuentra el empedrado del sitio arqueológico”, agregó Fallas.

“El LANOTEC ha demostrado una gran capacidad de desarrollo de propuestas para la resolución de determinados problemas, en este caso en particular, en materia de conservación del patrimonio arqueológico para que futuras generaciones de costarricenses conozcan el legado de nuestros antecesores” explicó el doctor José Roberto Vega Baudrit, director de LANOTEC-CENAT. El Museo Nacional recurrió a el LANOTEC-CENAT, debido a que este cuenta con una serie de equipos de alta tecnología que podrían ser utilizados para contribuir con ese proyecto.

Mientras, desde 2017 hasta el presente, el científico mexicano, Dr. Manuel Espinosa Pesqueira ha asesorado y realizado investigaciones científicas con tecnología de punta, gracias a la colaboración del ININ y del IIE-UNAM, México. En sus palabras, “con base en un muestreo sistemático y rigurosamente documentado, se realizaron análisis por difracción de rayos X, microscopia óptica y microscopia electrónica de alta resolución, que han revelado nuevos resultados sobre la composición y la selección de la roca con la que se elaboró la esfera de El Silencio, así como han permitido elaborar explicaciones sobre varios fenómenos de alteración”. Estos estudios científicos tambien han apoyado la selección de materiales adecuados para las intervenciones, lo cual suma en un proyecto interdisciplinario e integrado.

El sitio arqueológico El Silencio

El Silencio es, junto a los sitios Grijalba 2, Finca 6 y Batambal, uno de los cuatro sitios Patrimonio de la Humanidad, incorporados a esta categoría por la UNESCO en el 2014.

La extensión total del sitio es de unas 20 hectáreas, y en la parte posterior, está la esfera precolombina más grande registrada hasta ahora está elaborada en un tipo de piedra ígnea llamada gabrodeorita.

Mide 2.66 metros de diámetro y pesa cerca de 24 toneladas. Esta esfera ha sufrido a lo largo de los años las agresiones del clima e incendios provocados.

Los trabajos para la protección, conservación y restauración de la esfera en el Silencio, se dan gracias a la cooperación con el ININ, el IIE-UNAM y la ENCRyM-INAH (México), así como con la UCR, LANOTEC-CENAT y Grupo SG.

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