Premiados costarricenses por mejores filmes valoran la ventana de oportunidades ofrecida por el CRFIC 2017

  • Alexandra Latishev, directora de Medea: El premio es un excelente estímulo para seguir adelante en el camino de la película y en mi camino profesional”.
  • Federico Montero, director de Umbral: “Participar significa validar y darle vida e importancia al Festival”.
  • Juan Manuel Montero, director de La familia de la vejiga: “La gente disfrutó el corto porque logramos demostrar que se hizo con honestidad”.
  • Antonella Sudasassi directora de El despertar de las hormigas: “Participar de estos espacios es una gran oportunidad porque te abre puertas”.
  • Patricia Velásquez directora de Apego:  “El Festival nos acerca cada vez más a la finalización de nuestra película”.

Una plataforma para visibilizar, desarrollar y estimular la producción y creación audiovisual local es el Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC), según coincidieron los directores premiados en distintas categorías de la sexta edición del evento cinematográfico de mayor relevancia e impacto del país.

Alexandra Latishev, directora de Medea, película ganadora de la Competencia centroamericana de largometraje y la Competencia nacional de largometraje, consideró que mostrar su obra a un público local fue muy importante, pues se percató de que los códigos narrativos y un sentido de apropiación son más fuertes que “si la enseñás en otro lugar del mundo, porque la propuesta está hecha en respuesta a las cosas que pasan en nuestro entorno”.

A propósito de la temática sobre el aborto y el ritmo de la película, Latishev agregó que no tenía idea de cómo iban a reaccionar los espectadores, sin embargo, se siente satisfecha pues generó discusión, comentarios y críticas. 

Medea recibió como Mejor largometraje nacional un premio de 3.000.000 de colones, “un excelente estímulo para seguir adelante en el camino de la película y en mi camino profesional”, agregó la directora, quien dijo que “el paso por el Festival fue quizá mucho más beneficioso de lo que había pensado que iba a ser”.     

Como una gran oportunidad para compartir el trabajo audiovisual y exponerlo al público interesado en propuestas innovadoras, considera Federico Montero, director de Umbral, la plataforma del CRFIC. 

“Participar significa validar y darle vida e importancia a un festival internacional que tiene que ver con el intercambio de esas miradas que construyen realidades ajenas y también universales”, comentó el director del Mejor cortometraje nacional en competencia.

Aunque mostrar sus propuestas para ser juzgadas le genera ansiedad, Montero afirmó que ese momento de proyectarlas ya es ganancia, al tomar en cuenta lo difícil de realizar una película. “Recibir un premio a uno lo emociona y lo alegra porque, además de ser una prueba de que algo resonó en los otros con tu película, también te motiva a seguir”, concluyó.

La película La familia de la vejiga de Juan Manuel Montero fue el cortometraje ganador del Premio del público para su respectiva categoría. Según el director, fue importante participar en el CRFIC 2017 “porque es la primera ventana a la cual nos enfrentamos los creadores en nuestro país, y sin duda alguna, el estar presente en esta plataforma permite que el sector conozca el trabajo de uno”.

Montero opinó que esta plataforma de circulación de películas independientes es un filtro de lo creado a nivel nacional, considerado relevante de mostrar al público, y, en ese sentido, es muy gratificante “saber que el público del Festival eligió nuestro proyecto como el mejor; fue el que más disfrutaron, porque logramos demostrar que se hizo con honestidad y que la gente es auténtica”, en referencia al pueblo de Barva y a la familia protagonista del filme que mantiene una tradición prohibida.

De acuerdo con Patricia Velásquez, ganadora del Premio Boogieman Media de diseño de key art por el proyecto cinematográfico Apego, el CRFIC es importante en varios sentidos: “es la primera vez que mostramos la película que aún no está terminada y nos ha permitido tener retroalimentación sobre ella”; asimismo le permitió al equipo tener una asesoría de edición que ayudó a incorporar un punto de vista externo para mejorar el ritmo; le ofrece una posibilidad de dar a conocer la obra para generar interés entre las personas, “y por supuesto nos acerca cada vez más a la finalización de nuestra propuesta”,dijo Velásquez.

Finalmente Antonella Sudasassi, directora de El despertar de las hormigas, proyecto seleccionado en el apartado de Cine en construcción de Industria CRFIC, expresó sentirse agradecida pues la premiación tiene un valor especial.

“Uno de los primeros fondos de desarrollo que ganamos fue el de Industria CRFIC 2015 cuando escogieron nuestra obra para la sección de Foro de presentación de proyectos; ese fue un impulso gigante que además nos abrió puertas en muchísimos lugares y nos permitió seguir mejorando el proyecto”, detalló Sudasassi.

Hace dos años, con el aporte económico del CRFIC contrataron una script doctor para luego alcanzar El Fauno, fondo concursable del Centro de Cine con el cual filmaron la película. “Es un doble honor porque hoy ganamos Cine en construcción, que es como completar el círculo. Además es súper importante participar de estos espacios porque representan una gran oportunidad que te abre puertas”.

Sudasassi agregó que el Festival expone las obras en desarrollo en el espacio Cine en construcción, al mostrar un corte de la película que no es el final. “Aún así la mostrás y recibís feedback constructivo de un jurado que te ayuda a finalizar mejor con una intención lo más honesta posible”.

El CRFIC es un programa impulsado por el Centro Costarricense de Producción Cinematográfica (Centro de Cine) del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ), cuya sexta edición se llevó a cabo del 7 al 16 de diciembre, con una programación conformada por 73 películas provenientes de 35 países en 18 idiomas distintos.

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