Un centenar de voluntarios limpiaron Playa Bajamar
Vecinos y turistas de Playa Bajamar, ubicada en el cantón de Garabito, Puntarenas, podrán disfrutar de un espacio más agradable, gracias a la jornada de limpieza que realizaron 100 voluntarios colaboradores de Ferretería EPA, en alianza con la Fundación de Parques Nacionales (FPN).
La labor de limpieza inició a las 09:00 am del sábado 10 de septiembre y cubrió un área de 500 metros. En total se dedicaron 3 horas para recolectar 214 kilos de residuos, entre valorizables y no valorizables, los cuales fueron retirados por la municipalidad local para su oportuno y adecuado tratamiento.
“Sabemos el impacto positivo que tiene el voluntariado en las comunidades y el ambiente, por esta razón, nos hicimos presentes en Playa Bajamar, para limpiarla, y embellecerla aún más” expresó Andrea Aguilar, jefe de iniciativa comunitaria de Ferretería EPA.
Aguilar señaló que, de esta forma, la empresa también contribuye con la misión de la FPN, la cual busca el cuidado y desarrollo de las áreas naturales protegidas de nuestro país.
Contar con aliados como EPA, que se unen a nuestra causa de proteger los océanos y playas a través de la determinación y disposición de sus colaboradores que retiraron gran cantidad de residuos sólidos para que éstos no vuelvan a ingresar cuando sube la marea, es sin duda una sinergia valiosísima para la protección y salud de los ecosistemas marinos y la nuestra, expresó Madeline Carvajal, Delegada Ejecutiva de la FPN.
Este voluntariado se desarrolló en el marco del Día Mundial de las Playas, y se replicarán acciones similares en EPA Guatemala y Venezuela.
Situación de Playa Bajamar
Esta playa se caracteriza por su arena oscura, rodeada de una abundante vegetación, bosques tropicales, manglares y lagunas. Sus particularidades la convierten en un lugar perfecto para la anidación de muchas aves, entre ellas, la guacamaya roja, la cual es una especie protegida. Pese a ese escenario natural tan rico, esta playa sufre por el exceso de residuos sólidos que permanentemente llegan a sus aguas provenientes de la cuenca del Río Grande de Tárcoles, que, en la actualidad es la más contaminada de Centroamérica.