En las familias donde hay gestos de amor, hay personas más felices

En el Día Internacional de la Familia, experta habla sobre la importancia de las nuevas formas que tienen las familias hoy día de expresar amor, solidaridad y ternura en los hogares, que han llegado a contribuir con el cuidado y desarrollo de los hijos.

En los últimos 50 años, las familias costarricenses han cambiado significativamente; ya no predomina la familia nuclear, sino que hay muchas formas: madre sola con hijos, padre solo con hijos, uno de los progenitores con sus abuelos, padres ausentes, así como las familias diversas, entre otras.

Lo cierto del caso, es que las familias que entienden la importancia de expresar amor logran ser más unidas y más felices. “En Costa Rica, hace muchos años no era normal que los padres dijeran cosas tan importantes como la frase: Te amo. Y ahora es común y simple de utilizar. Esto les ha dado más alegría y seguridad a los hijos que aprenden a ser expresivos en todas las demás formas de socialización”, manifestó Maria Ester Flores, psicóloga experta en terapia familiar.

Desde 1993 la Organización de las Naciones Unidas reconoce el 15 de mayo como el Día Internacional de la Familia, con el objetivo de crear conciencia sobre el papel de las familias en la promoción de la educación infantil y las oportunidades de aprendizaje permanente para niños y jóvenes.  En el marco de esta fecha, Compañía de Galletas Pozuelo se une a la celebración con el lanzamiento de una campaña publicitaria, la que refleja la importancia de los gestos de amor que hoy en día logran hijos y familias más felices y seguras, según la experta.

El amor y la solidaridad han cambiado en su forma de expresión. De acuerdo con Flores, ha sido muy positivo el cambio de los roles tradicionales del hombre y la mujer. En la actualidad ambos trabajan igual, aportan igual y por ende en el hogar tienen los mismos roles.

“Las relaciones de hoy en día han variado con respecto a hace 20 años, hay más equidad en los roles, crianza más igualitaria; y esto humaniza y permite el desarrollo auténtico del amor y la ternura, inherente al ser humano para convivir mejor”, explicó la especialista en temas de familia.

La importancia de los gestos de amor

El diario vivir está cargado para la mayoría de las personas y familias de estrés causado por las intensas y múltiples ocupaciones y compromisos. Sin embargo, es importante hacer un alto y pese a todas las circunstancias que existan, sacar los minutos para demostrar amor, pues el resultado que se obtiene genera muchos beneficios en los diferentes miembros del hogar.

Desde el 2015, Pozuelo asumió el reto de visibilizar diversos temas alrededor del de la familia centroamericana, basándose en datos y hechos estadísticos sobre la realidad familiar actual. En esta ocasión y para celebrar el Día Internacional de la Familia, Pozuelo quiso revelar la importancia de los gestos de amor, esos que que son únicos, inesperados, que no tienen forma determinada y que se expresan de diferentes maneras pero que al final generan personas más felices.

“Esta vez quisimos reconocer a todas esas familias que a través de diferentes gestos de amor saben demostrarse ese sentimiento tan bello que existe y perdura por años en los hogares y recordar que al final, sin importar cómo sean las familias, las une un denominador común: el amor”, indicó Juan Felipe Macía Gerente General de Pozuelo.

 Afortunadamente, hoy los gestos de amor se practican más en las familias. Hoy los abrazos de pareja, con los hijos, entre hermanos y con la familia extensa, es decir hacia abuelos, tíos y otros parientes son más comunes.

“En las familias si hay amor, los conflictos se resuelven con más facilidad. Además, los hogares con buen humor y llenos de sonrisas dan seguridad y confianza a sus miembros y en general donde hay gestos de amor, hay personas más felices y seguras, de ahí la importancia de demostrar siempre nuestros sentimientos”, señaló la psicóloga.

Además, el padre o la madre participan más de las actividades de sus hijos. Las familias se expresan más libremente el afecto familiar con lo verbal y físico; y los hijos por su parte, pueden preguntar con más confianza y libremente temas difíciles como sexualidad, amor, riesgos sociales y similares.