¿Cómo enseñar buenos hábitos financieros a los niños sin abrumarlos o aburrirlos?
Educación financiera favorece el proceso de desarrollo de los menores
Según el Banco Central de Costa Rica, 79,5% de los costarricenses, de los 15 años en adelante, están bancarizados.
La niñez es el momento oportuno para aprender buenos hábitos financieros e iniciar prácticas que promuevan la organización adecuada de las finanzas personales. De esta manera, los niños y niñas podrán interiorizar, por ejemplo, los beneficios a largo plazo del ahorro y la importancia de una adecuada administración del dinero.
No obstante, en algunos casos, los padres desconocen cómo instruir a sus hijos de una manera efectiva y dinámica, que capture su atención para poder transmitir, de forma sencilla, rutinas financieras saludables.
“Al fomentar la educación financiera, los niños también pueden adquirir otras habilidades vitales para el proceso de desarrollo, tales como: control de impulsos, pensamiento flexible, planificación y priorización, iniciación de tareas y organización. Por esta razón, las prácticas financieras pueden potenciar habilidades esenciales para la formación integral de un niño”, explicó Raquel Castro, orientadora y psicopedagoga profesional.
Además, Castro recomienda contemplar actividades atractivas y concisas y utilizar siempre ejemplos cercanos y sencillos para mantener la atención de los niños cuando se tratan temas complejos como hábitos de ahorro, administración de recursos personales y otros temas financieros.
Laura Céspedes, Gerente Senior de Inversiones y Depósitos de Scotiabank, comparte cinco recomendaciones para incentivar la educación financiera de los menores, este inicio de año, a través de actividades atractivas:
Ayúdeles a elaborar un presupuesto. A partir de los seis o siete años, cuando los menores ya tienen mayor capacidad para entender el valor del dinero, pueden elaborar juntos un presupuesto. Dicha actividad, debe ayudarles a entender el control del gasto y la administración de los ingresos. Los niños y niñas deben comprender que el dinero va y viene.
Para que esta actividad sea realmente efectiva se recomienda brindarles una cantidad de dinero; semanal, quincenal o mensualmente; y transmitirles la responsabilidad de cubrir gastos con el monto entregado. Por ejemplo, para realizar esta acción de una manera atractiva se puede elaborar un presupuesto para hacer galletas. Asigne un monto específico a su hijo o hija, seleccione los productos necesarios para elaborar las galletas y permítale hacer los cálculos para cubrir el pago de todos los ingredientes necesarios para la receta.
Motívelos a ahorrar. El ahorro es uno de los hábitos financieros más importantes para llevar una vida económica saludable. Por ello, su enseñanza debe ser clara y constante. Para lograr incentivar esta buena práctica en los niños y niñas, motívelos a guardar dinero periódicamente para alcanzar una meta, puede ser la compra de algo que realmente quieran o necesiten, como un juguete. Lo ideal es que sean objetivos a corto plazo, así aprenderán poco a poco. También, puede comprarle una alcancía para decorarla, colorearla o construirla juntos, siempre con el objetivo de motivarle a ahorrar.
Llévelos de compras. La idea puede sonar poco atractiva, sin embargo, es una oportunidad especial para que los más pequeños de la casa puedan comprender el control del gasto. Incluso, se puede designar al menor una cantidad mensual para comprar su alimento favorito, de este modo, tendrá que controlar su ingreso, comparar precios y consumir lo necesario. Es fundamental que logren distinguir entre lo que quieren y lo que necesitan.
Busque la forma para demostrarle que si consumimos artículos innecesarios puede disminuir nuestra capacidad de ahorro.
Acérquelos a los servicios bancarios. Puede aprovechar un momento específico para mostrar a sus hijos cómo funcionan los servicios bancarios. Enséñeles cómo sacar provecho de una cuenta bancaria. Ayúdeles a abrir su primera cuenta y paso a paso, y con supervisión, podrán aprender a administrar su dinero.
Enséñeles el valor del dinero y monedas mediante juegos. Incluir juegos en este proceso de aprendizaje lo torna más sencillo y atractivo. Además, facilita la educación financiera y lo convierte en una actividad familiar, por ejemplo, juegos como Monopolio o Gran Banco, contribuyen al razonamiento financiero y reconocimiento de los valores específicos del dinero.
“Parte fundamental del desarrollo íntegro de las personas reside en la educación financiera y entre más temprano inicien a practicar buenos hábitos económicos, mejor será su preparación para administrar su capital en el futuro. Por ello, en Scotiabank, desde hace unos años, hemos incorporado programas financieros enfocados en la niñez y juventud, con el propósito de preparar personas financieramente responsables”, finalizó Céspedes.
Acerca de Scotiabank
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