“Para ser escritor hay que ser gran lector”, Esther Sestelo Longueira, escritora española

El pasado mes de marzo, como parte de los procesos de capacitación y formación que realiza el Sistema Nacional de Educación Musical (SiNEM), directores de las escuelas que conforman la institución, tuvieron la posibilidad de participar en la conferencia “Humanismo y Música”, que impartió la catedrática, conferencista y escritora española, Esther Sestelo Longueira, doctora en Musicología, Licenciada en Historia y Ciencias de la Música, quien visitó el país para presentar una serie de conferencias.

Adicionalmente ofreció, también a personal del SiNEM, la conferencia “¿Cómo inducir al estudiante al aprendizaje?” En aquella oportunidad, Víctor Fonseca, director del SiNEM señaló que “este tipo de intercambios generan un impulso a la institución, nos refresca los conocimientos y permite un espacio de discusión alrededor de nuestro quehacer, por lo que estos encuentros fortalecen el desarrollo de la institución e impactan directamente a nuestros estudiantes”.

Esther Sestelo Longueira es Doctora en Musicología, Licenciada en Historia y Ciencias de la Música, y Sobresaliente Cum Laude y Premio Extraordinario de Tesis y Doctorado 2005-2006, por la Universidad Complutense de Madrid. Ha realizado tres programas de doctorado en Ciencias de la Educación, Musicología, y Musicología y Arte Contemporáneo en las Universidades de Cádiz, Granada y Complutense de Madrid, respectivamente. Asimismo, tiene estudios de Derecho y de Diplomatura en Psicología, y es también Diplomada en Lengua Inglesa por la Universidad de California, Irvine (UCI), donde además ha realizado estudios de Doctorado en Lingüística y Literatura Hispanoamericana, y de Máster en Piano y Música de Cámara.

Como escritora, es autora de notas al programa para diferentes auditorios, y autora de numerosos artículos y reseñas en diferentes libros, revistas y discos de perfil musicológico. Desde 2006, se ha dedicado además a la literatura más generalista, con la publicación de múltiples libros: “El amor en la historia de nuestra vida”, 2006; “La estética garciabriliana, leitmotiv de dos discursos”, 2006; “Antón García Abril, el camino singular de un humanista en la vanguardia, continuador de la cultura española de su tiempo”, 2006; “Antón García Abril, el camino de un humanista en la vanguardia”, 2007; “El diario hablado de Clara”, 2008; “Clara y su diario, de camino”, 2011; “Humanismo y Música, propuesta formativa y de transformación social”, 2012; “Clara y su diario, en una aventura increíble”, 2015; y “El sonido de la vida y el corazón. Antón García Abril: Humanismo, Arte y Música”, 2017.

En el marco del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, que se celebra el próximo 23 de abril, la Unidad de Comunicación del Ministerio de Cultura y Juventud, conversó con Esther Sestelo Longueira en su faceta de escritora de literatura para la niñez, como una manera de identificar estímulos para promover la lectura y la escritura en las niñas y los niños. A continuación, un extracto:

De todas las facetas profesionales de Esther Sestelo, ¿qué significa para usted escribir; ser escritora?

Bueno, ser escritora tiene unos componentes para mi vida muy emocionales. No pensé nunca en ser escritora; mi arte troncal fue la música, pero curiosamente no tenía antecedentes musicales en casa y entonces mi juego de niña era leer poesía con mi padre. Es decir, que mi unión con la infancia la recuerdo a través de la lectura y a partir de ahí se me potenció otro arte que es la música.

Entonces, por eso, ya trasladado el tiempo, cuando llegué a mi tesis doctoral, que empecé a escribir de investigación, volví a recordar esos orígenes y empecé a probar con otras especialidades de la literatura como la generalista y la infantil y juvenil. Fue una experiencia maravillosa.

¿Considera que las personas debemos leer más? ¿Qué debemos leer para obtener resultados más positivos?

Creo que todos debemos leer más. Evidentemente, creo que ahora, con las nuevas tecnologías, estamos viviendo un momento con un poquito de apatía para tomar un libro; un libro físico. Por supuesto, tenemos que estar en el mundo de hoy y tenemos que vivir al día, pero todo suma; creo que no podemos prescindir de la lectura en cuanto nos aporta tantos valores.

Imagínese a la infancia, la adolescencia, pero también a los adultos en ese mundo (de lectura). Primero, aprendemos a hablar mejor, a corregir nuestra escritura, a potenciar la inteligencia; aprendemos a comunicarnos con el otro, a escuchar y a recibir información. Pero después, hay dos factores impresionantes que son la imaginación y la creatividad. Creo que el mundo sería mejor si todos fuésemos más creativos, y la literatura potencia muchísimo la imaginación y la creatividad, y esos son factores incuestionables, por lo cual, todos tenemos que leer más.

Hablando de cómo podemos leer más, es creando hábitos. Lo ideal es que desde la infancia los niños vean a sus padres leer. Creo que es más fácil no decir: ¡Lee! sino que el niño o la niña vea que el padre toma un libro y lo lee. Esos mensajes crean hábitos. Evidentemente no todo el mundo tiene esa espontaneidad para tomar un libro.

La literatura nos ofrece lecturas en cualquier campo, nos habla de todos los temas: de ficción, de realidad, de temas culturales, con lo cual, debemos demostrar que a través de la literatura podemos pasar un rato divertido, además de tener un aprendizaje maravilloso.

Parte de su público objetivo son los niños y las niñas. Hoy día, en la era donde redes sociales y teléfonos inteligentes tienen tanto auge, ¿qué debemos hacer para motivarlos para leer más o incluso para escribir?

Primero, hay que lanzar mensajes prácticos. No obligar, que también tenemos que saber mandar mensajes que, aunque sean de obligación, no se note; que no se note la imposición, porque a veces los niños, cuando algo es obligación, lo rechazan; que ellos vean que la lectura es un hábito precioso que relacionan con ese momento.

Por ejemplo, se les puede invitar todos los días a hacer media hora de lectura o todos los días hacer unos 15 minutos de lectura. Vamos a escoger un momento que a los niños les guste mucho, a lo mejor los niños relacionan un momento bonito con antes de irse a dormir; entonces, vamos a estar 15 minutos leyendo. Esa lectura la pueden hacer los padres con los niños y niñas. Esto depende de las edades y hasta que ellos sean autónomos y vuelvan a repetir esa acción.

Para crear el hábito es muy bueno que tengamos, al igual que sabemos la hora de comer, de ducharnos, entonces, también la hora de lectura; que el niño sienta ese espacio como algo que le produce comodidad.

En mi opinión, lo que tienen que hacer los colegios y también los padres, es buscar temáticas atractivas. Cuando al niño ya le gusta la lectura y se va haciendo mayor, ahí ya él reclamará la lectura; no hace falta nada más. Pero cuando los niños se tienen que aproximar a la lectura, hay que acertar en la temática. Entonces, debemos identificar temáticas que sean próximas para ellos, que vean un personaje con el que se puedan identificar según la idiosincrasia de cada niño.

Creo que la literatura fomenta mucho la empatía o esas palabras que tanto usamos actualmente: la inteligencia emocional; que el niño, la niña y el adolescente sea empático con el otro, que piense en el otro. Creo que, a través de los personajes, los niños y las niñas se pueden poner en el lugar de ese personaje infantil, que al final se va a incorporar en su vida y va a ser como un personaje de familia.

Usted tiene una serie de libros con el nombre “Clara y su diario” ¿cuáles son los mejores consejos de Clara?

Efectivamente, tengo una colección que se llama Clara y su diario. Desde pequeñita, como no sabe escribir bien, Clara le habla a una grabadora, tiene espíritu periodístico y con esta grabadora le cuenta historias a un diario hablado y después, cuando le gustan las historias, las escribe con ayuda de su mamá. Clara va creciendo y ya lo va a hacer ella autónomamente, con lo cual, ahí se fomentan los dos ámbitos: la lectura y la escritura.

Clara también es escritora, pero para ser escritor hay que ser gran lector.

Muchas veces pasa así, que no tienes intención de escribir, pero un día me llegó un personaje a mi cabeza, estando en mi casa. Me llegó una niña, un personaje imaginario que me decía que tenía que contar historias y después de resistirme, empecé a escribir historias de Clara, pero tenía que dar un mensaje y quería hacer algo que tuviese valores humanos, que fueran como unidades didácticas; algo que pudiese ayudar, no solo a los padres de familia, sino también a los abuelos, a las escuelas, para que se tocasen primero los temas troncales: los niños y las niñas, la familia, el comportamiento en casa, la escuela, el comportamiento en la escuela, los amigos, la amistad, entre otros.

Pero también, dentro de eso, incorporar siempre mi tema, que es el arte; el hecho de que todo sea bello para los niños y las niñas, crear un ambiente agradable, que ellos puedan ir apreciando la belleza, en todos los ámbitos, porque también toco mucho el tema del ambiente, los animales, elementos que enternecen a los niños y niñas, que les encanta, pero que también van a ver cómo deben cuidarlos.

Siempre, con la lectura, cuando tomamos un libro y empezamos a leer, somos de una forma; cuando terminamos el libro, si el libro ha entrado dentro de nosotros, somos de otra forma. Me gustan mucho esos dos mensajes: la formación y la transformación personal.

Usted realizó una investigación sobre “Leer e investigar en la era digital”, ¿qué conclusiones podemos sacar del estudio aplicables a la vida de los posibles lectores de hoy?

Tenemos que estar en el mundo de hoy, con lo cual, tenemos que dar la bienvenida a todo lo que nos aporta y nos suma, en la era digital. Pero sin olvidarnos que con eso que queremos sumar, no queremos olvidarnos del pasado, ni de la tradición, porque entonces nunca construiremos una mirada global y holística, como es la literatura.

Efectivamente están fenomenales los libros electrónicos, pero nunca olvidarse del libro físico. Precisamente, como los niños y niñas ya potencian tanto el uso de las pantallas, y eso a veces tampoco es bueno para su salud, para su vista, estar tanto tiempo forjando eso, creo que, aunque, insisto, no descartamos nada, hay que seguir en la era digital fomentando la lectura del libro físico.

Creo que el explicarles a los niños que los dos ámbitos son compatibles, el conseguir que ellos tengan una biblioteca en su cuarto, es algo entrañable, que ellos puedan tomar un libro, que puedan abrirlo, que puedan olerlo, sentirlo. El libro físico nos permite que todos los sentidos trabajen.

Después, otra cosa, el niño, el escolar, debe tener siempre un lápiz con él. Es muy bueno que los niños anoten en los libros cualquier cosa que les sorprenda, por ejemplo, una palabra de vocabulario que no entiendan y que después pregunten a los mayores. Entonces, ese hecho de hacer suyo un libro físico es la motivación para en un futuro volver a leerlo.

Recuerdo que mi mayor experiencia es releer los libros. Cuando un libro te impresiona, en una primera lectura no es suficiente, y al cabo del tiempo quieres volver a releerlo. Pues qué entrañable es ver que lo has leído, porque ya está anotado por ti, y que te has transformado y que ahora, desde otro ámbito y otra edad, lo lees otra vez y vas a descubrir otros mundos maravillosos.

Estamos en el mes del libro y la lectura ¿Qué recomendaciones podría sugerir a quienes no se han aventurado en el mundo de la lectura?

Bueno, lo que decíamos al principio, creo que a todas las personas tenemos que hacerles ver que la literatura es una aventura, eso es lo mejor, y, entonces, cuando alguien diga: ‘no, pero no soy lector; no sé cómo hacer’, lo primero que podemos hacer es investigar, hacer que la lectura sea personalizada.

Cuando alguien viene hacia nosotros diciendo que quiere leer, aunque confiesa humildemente que no es buen lector, eso ya es un paso, porque cuando alguien se quiere aproximar y reconoce esa laguna, entonces tú tienes que acertar en ofrecerle lo mejor para atraparle y ya que nunca se baje de ese de ese viaje que es la literatura.

Entonces, lo primero que yo haría es que le preguntaría, no le impondría un libro, le haría ver que hay libros para todos los públicos, para todas las edades, para todos los gustos, para todas las formaciones. No hace falta ser una persona culta para leer, simplemente es decirle: si tu lees, vas a ser más culto. Hay que invertir los términos para que no dé miedo nada.

Cuando conozcas un poquito esa idiosincrasia de la persona que viene hacia ti, simplemente ver qué formación tiene, en qué ámbito trabaja, qué profesión tiene, entonces ahí, ya tú con eso, con esos parámetros. Incluso quizás tiene algún libro en la biblioteca que no ha leído, al que no se ha aproximado y es interesantísimo para esa persona; bueno, pues, tienes aquí una joya, te invito a que la leas, no le tengas miedo.

Mi lema que me gusta repetir es: aprender disfrutando; eso es lo que hay que animar a todos, porque la lectura es algo divertido que te enseña y te ayuda a ser mejor como escritor.

¿Qué sugerencia le daría a esos niños, niñas y jóvenes que quieren escribir? ¿Cómo empezar? ¿Podríamos decir que hay tips para lograrlo?

Bueno, a un niño que te diga que quiere ser escritor, le tienes que repreguntar y ¿tu lees, eres buen lector? para hacerle ver que no hay ningún escritor que no sea buen lector. Entonces eso es lo primero.

¿Cuál es la primera recomendación? Que lean; que lean muchas cosas. Es decir, solo a través de la lectura podrá escribir, porque no solo va a aprender cómo se construye. Primero, no hay que hacerle ver cómo es un libro, cómo es la estructura, porque entonces estamos teorizando. Creo que es mejor enseñarle la práctica; él se va a dar cuenta perfectamente y de repente, espontáneamente, va a escribir. Entonces, bueno, me permito recomendar mi colección porque precisamente los personajes que son lectores son escritores, fomentan ya los dos ámbitos y, entonces, al final eso es muy atractivo para los niños.

Entonces, les sugiero a los niños que, a lo mejor sean pequeños y escriban un poquito lento o aún no escriban del todo bien, que graben historias que se les ocurra. Por ejemplo, cuando están con sus amigos, de repente tienen una idea, entonces, que la anoten o la graben, simplemente una idea, que van con sus papás de viaje, entonces, que anoten una anécdota, porque eso es el punto germinal de una historia. El escritor se alimenta de la vida y la musa no viene directamente a trabajar con nosotros; se encuentra trabajando y el escritor trabaja viviendo en cualquier sitio, en cualquier lugar, viajando, hablando con sus padres, con sus amigos, viendo una flor, viendo una película.

Nadie puede escribir si no es curioso, entonces, ¿qué le diría a los niños? Lee mucho y sé curioso. Cuando salgas de casa, observa todo lo que pasa, observa cómo es la persona que camina paralelo a ti, fíjate cómo es, descríbela: es una persona mayor que va con un bastón, que va caminando.

Pues eso es ser escritor, describir, contar, narrar, y a través de pequeños momentos tú vas a construir algo maravilloso y después ya vienen capítulos, secciones; pero que no se preocupen de eso, sino que vivan momentos bonitos y felices.

Un último mensaje sobre la importancia del libro, y la lectura, para la formación integral de las personas.

Bueno, lo primero que tengo que decirles a los niños de Costa Rica, es darle las gracias por permitirme estar aquí, en este país tan bonito que tienen ustedes. Esto lo digo con el corazón, porque ya he venido varias veces y quiero venir más, porque cuando algo tiene belleza por todos los sitios, entonces quieres conocerlo más.

Este país tiene muchísimos atractivos; un atractivo que se ve y que enamora, es la naturaleza: la flora, la fauna. Para los niños, eso algo que tiene mucha afectividad:  la naturaleza; entonces, eso es lo primero que tienen que fomentar, porque aparte de ser algo que les va a ayudar como personas, ustedes tienen que querer a su país y hablar de su país, porque es un deber.

Hay que estar agradecido con la tierra que nos ha visto nacer y después agradecido por otras cosas. Tienen aquí, además, mucha cultura; veo que el país ayuda a que los niños tengan muchos ámbitos: un sistema educativo estupendo, un sistema musical, tienen una Feria del Libro interesantísima, entonces, creo que eso es un soporte para que aprovechen todas las oportunidades, que no solo les da el país naturalmente, sino que les ofrecen sus profesores y también sus padres.

Siempre le diría a los niños y niñas que salgan a la naturaleza, ya que tienen una temperatura tan maravillosa, un clima cálido, casi eternamente, y que aprovechen eso, que quieran a su país, y a través de eso, que empiecen a hablar de él, a escribir sobre él, eso es una forma también de seguir fomentando la lectura y la escritura también.