Dos esferas precolombinas son sometidas al proceso de conservación y restauración “in situ”

  • Corresponde a las esferas B y D de los alineamientos en el monumento arqueológico Finca 6 en Palmar Sur de Osa.

  • Los trabajos forman parte de un proceso sistemático de conservación- restauración de las esferas de piedra que corresponden a los sitios Patrimonio Mundial.

  • Estos trabajos en Finca 6 se retoman luego de que en el 2021 debieron ser suspendidos por el COVID 19.

Como parte de un proceso científico y sistemático, el Museo Nacional de Costa Rica y de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM-INAH, México) retoman en este 2022 las temporadas de campo de intervención y restauración de esferas precolombinas ubicadas en el monumento arqueológico Finca 6, uno de los sitios declarados como Patrimonio de la humanidad por la UNESCO en el 2014.

 El proyecto “Conservación en los Asentamientos Cacicales Precolombinos con esferas de piedra en el Delta del Diquís” está inscrito en el Programa de Cooperación Bilateral Educativo-Cultural entre México y Costa Rica.

 Las labores de campo se extienden del 14 al 31 de marzo. La intervención en este año por el equipo interdisciplinario se concentra en la conservación y restauración de las esferas B y D del monumento Finca 6, cada una pertenece a los dos únicos alineamientos in situ conservados en la actualidad en el territorio del Diquís.

 “La esfera B, tiene la particularidad de ser la más grande y alterada del monumento arqueológico Finca 6, mide 1.90 metros de diámetro y se encuentra semi-enterrada; por su parte la esfera D mide 1.80 metros, presenta diversas grietas y faltantes, y también está semi-enterrada”, explica la especialista mexicana Dra. Isabel Medina González. Ambas esferas fueron esculpidas en piedra conocida como gabro y tienen una antigüedad de más de 500 años.

 “Las cinco esferas que forman parte de los dos alineamientos en el monumento Finca 6, presentan similitudes en las alteraciones presentes en sus superficies, por este motivo el trabajo de campo es sistemático y amparado en investigación científica previa y experiencias que hemos desarrollado en los últimos cuatro años de las intervenciones “in situ” de esferas en estos monumentos”, explica el arqueólogo y conservador del Museo Nacional Javier Fallas.

 Proceso de conservación-restauración

 A partir de los diagnósticos efectuados desde el 2017, los especialistas proceden a desenterrarlas, realizan una documentación fotográfica del inicio de proceso, para después hacer las intervenciones directas que comienzan con una limpieza no abrasiva tanto en seco como en húmedo de las superficies.

 Luego, se llevan a cabo labores de consolidación de los sectores con cierta vulnerabilidad, aplicando ribetes y resanes de protección en las grietas y los faltantes de las esferas. Estas intervenciones se realizan con morteros a base de cal y arena, lo cual permite detener el avance de ciertas alteraciones, sobre todo de las coronas que es la parte que quedará expuesta.

 Las esferas son intervenidas con materiales compatibles con la composición de la roca con la que elaboraron las esferas. “Gracias a las pruebas efectuadas en el 2017 y 2018 y sus monitoreos periódicos, sabemos que la mezcla de cal y arena es la más adecuada para intervenir estos monumentos. Después de 5 años de pruebas con capas de sacrificio sometidas a las condiciones extremas de calor y humedad de la zona sur de Costa Rica, ya sabemos que esta es la combinación de materiales que se asemeja a la composición mineralógica de la piedra con que fueron elaborados los monolitos por nuestros ancestros” explicó MsC. Javier Fallas del Departamento de Protección del Patrimonio Cultural del MNCR.

 Además de su protección, para el equipo interventor es importante mostrar la evidencia de los cientos de años de antigüedad “Nuestra intención es protegerlas, siempre preservando los valores únicos y excepcionales, así como la integridad y la autenticidad que las hacen relevantes y significativas como un legado precolombino de las poblaciones antiguas del Diquís”, agregó la Dra. Medina-González.

 Una vez que las piezas están reintegradas con los morteros, los resanes y los ribetes, son coloreados en su superficie con pigmentos, con el fin de lograr en la reintegración cromática cierta semejanza de color y textura que favorezca la lectura de estas esculturas, explicó el especialista en conservación del Museo Nacional, Alonso Silva.

 Al concluir el proceso de intervención directa de las esferas, se tomarán algunas medidas de conservación preventiva para favorecer su preservación, para ello “es necesario re-enterrarlas, pues dejarlas completamente expuestas podría acelerar los procesos de alteración que las dañarían de forma irreversible”, agregó Isabel Medina. El re-enterramiento es una técnica internacionalmente aceptada para favorecer la preservación de bienes arqueológicos in situ; en el caso de las esferas de Finca 6, este proceso consiste en la sustitución de sedimento arcilloso por arena inerte, un proceso que ha probado ser exitoso en el control de humedad y de la acidez en el depósito, así como el control de micro-flora y plantas superiores en superficie” concluyó la especialista.

 Cronología en los estudios y trabajos de conservación-restauración

 2014. Cuatro Asentamientos Cacicales precolombinos con esferas de piedra de la zona del Diquís son declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Estos monumentos son: Batambal, Grijalba-2, El Silencio y Finca 6.

Cada uno de ellos presenta valores excepcionales que UNESCO reconoció para asignarles la categoría a nivel mundial.

 2015-2016. Expertos de Costa Rica y México realizan las primeras visitas diagnósticas en los sitios con esferas de piedra, de cara a un proyecto a largo plazo de restauración y conservación de las esferas de piedra y las estructuras asociadas a ellas en los sitios.

 2017. El equipo interventor realiza un diagnóstico detallado de las esferas en el sitio Finca 6. Cada esfera fue re excavada con el fin de documentar su estado de conservación, tanto en la superficie superior que está expuesta, como el sector que se encuentra bajo tierra. Con esta información se conformó un expediente del estado de conservación de cada esfera, así mismo se probaron materiales para la toma de decisiones en materia de restauración.

 2018. Durante cinco semanas, se desarrolló la temporada de campo de conservación en el monumento El Silencio, donde se concentraron los mayores esfuerzos en diagnosticar y estudiar el estado de la esfera más grande encontrada hasta ahora, de 2,66 metros de diámetro. En esta temporada, nuevamente se monitoreó el estado de conservación de las coronas de las cinco esferas que conforman los únicos dos alineamientos in situ en Finca 6; además de las dos esferas situadas en los extremos de la rampa de ingreso del montículo 1.

 2019. En esta temporada de campo, el equipo de especialistas centró sus labores en el sitio arqueológico El Silencio, sobre todo en la conservación-restauración de la esfera. Además, se efectuó una re-excavación e intervención de un segmento del empedrado anexo; un sector se dejó expuesto para reestablecer la unidad del monumento arqueológico.

 2020- Los especialistas intervienen las esferas A y E que forman parte de los dos alineamientos que se encuentran en el monumento arqueológico Finca 6. Además, realizaron labores de monitoreo en el empedrado y la esfera ubicada en El Silencio.

 2021- A pesar de la pandemia de COVID-19, los especialistas del Museo Nacional dieron continuidad a las restauraciones de esferas en los sitios Diquís declarados Patrimonio de la Humanidad, y se centran en la restauración de tres esferas del monumento arqueológico Batambal.

 2022- La temporada de campo se centra en la conservación y restauración de la esfera B, la más grande y alterada del monumento arqueológico Finca 6, cantón de Osa. Así mismo los especialistas intervienen la esfera D de ese monumento, que cuenta con diversas grietas y faltantes. Ambas esculturas forman parte de los dos únicos alineamientos in situ conservados en la actualidad en el territorio del Diquís

 El sitio Museo Finca 6

 Junto a Batambal, Grijalba-2 y El Silencio, Finca 6 es un monumento arqueológico declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en junio del 2014.

 Está ubicado en un terreno de 10 hectáreas, en donde se estableció una importante aldea durante la época precolombina, cerca del año 800 dC. Según las investigaciones realizadas por los arqueólogos a lo largo de años, inclusive de excavaciones controladas, la aldea tuvo dos montículos artificiales de cantos rodados de entre los 20 y 30 metros de diámetro, sobre los que se construyeron grandes contrucciones habitacionales para personas de relevancia sociopolítica en la aldea.

 Estas viviendas contaban con rampas de acceso y una de ellas presentó en cada extremo de la rampa, una esfera de 1.10 metros de diámetro, como una forma de señalar la importancia del espacio y de sus ocupantes.

 En lo que pudo ser una plaza pública, aún se pueden apreciar las “coronas” de cinco esferas que forman dos alineamientos, estos son los únicos conjuntos que se han conservado hasta la fecha y que permanecen en su sitio original.

 El arqueólogo del Museo Nacional, Francisco Corrales, describe un primer conjunto que consta de tres esferas sobre una longitud de 77 metros. El otro presenta dos esferas con una distancia de 11 metros entre sí. Las esculturas fueron colocadas sobre el suelo compactado, miden entre 1,41 y 1,92 metros de diámetro. 

 El sitio Museo Finca 6 está abierto al público, ubicado a 8 km hacia Sierpe desde el parque de Palmar Sur en Osa.

 Información acerca de los sitios con esferas de piedra, los sitios precolombinos y la zona del Diquís en www.diquis.go.cr

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