Día Mundial del Teatro 2022: “Las personas que van al teatro cambian su manera de ser y de pensar”, Melvin Méndez, actor, dramaturgo y director teatral

  • Desde 1961, cada 27 de marzo se celebra el Día Mundial del Teatro para crear conciencia sobre el valor de esta manifestación artística

“El teatro es un arte vivo; lo que pasa en cada función es distinto a lo que sucede en la siguiente: la gente observa y siente al actor respirar, sufrir, vivir, emocionarse, vibrar; eso hace diferente al teatro y lo convierte en un arte tan vivo; insuperable”.

 Las anteriores, son palabras de Melvin Méndez, actor, dramaturgo, director y profesor teatral, que ha dedicado su vida a la producción teatral, desde cada uno de los oficios que involucra llevar a escena una obra de teatro.

 Méndez compartió sus impresiones en el marco del Día Mundial del Teatro, cuya celebración inició en el Instituto Internacional del Teatro, en París, Francia, cada 27 de marzo, desde 1961. Actualmente, esta festividad se celebra globalmente por parte de la comunidad teatral internacional.

 El Día Mundial del Teatro se instauró para promover el teatro en todas sus formas, alrededor del mundo; pretende crear conciencia sobre el valor del teatro; permitir que la comunidad teatral promueva su trabajo a gran escala, e incentivar que gobiernos y líderes de opinión sean conscientes del valor y la importancia del teatro en todas sus formas, con el objetivo de generar más apoyo; además, para disfrutar del teatro en todas sus formas; así como para compartir la alegría del teatro con todas las personas.

 Precisamente, en celebración de esta efeméride, Melvin Méndez compartió algunas de sus principales impresiones sobre la práctica teatral, y el valor del teatro para la sociedad. A continuación, un extracto de sus mensajes.

 Melvin Méndez: una vida entera sobre el escenario

 En palabras de Méndez, el teatro y su familia, son los dos pilares de su vida. Según detalló, el teatro le viene desde la sangre, ya que tanto su madre como su padre le inculcaron el valor, el cariño y la pasión por el teatro. “Mi padre nos llevó, a mí y a mis hermanos, a ver teatro desde la infancia; él fue una persona muy sensible, culturalmente hablando”, afirmó.

“El teatro ha significado mucho en mi vida; conocí a mi esposa por el teatro; mis hijos están metidos en el teatro y la danza; mi trabajo es en el teatro. Tengo la inmensa dicha de trabajar, de ejercer la profesión a la que le he dedicado mi vida”, explicó.

 Este actor, director, guionista y autor teatral, ha sido además iluminotécnico, productor, promotor teatral; prácticamente ha pasado por todas las áreas u oficios de la producción teatral. Asimismo, gracias a oportunidades que le ha abierto el teatro, ha tenido la posibilidad de viajar por Costa Rica, mediante diversos festivales nacionales; así como visitar otros países, con giras por festivales internacionales.

 En su juventud, en el Museo Nacional de Costa Rica, visitó el teatro al aire libre -el cual no existe actualmente-, donde apreció importantes obras de la Compañía Nacional de Teatro, como “La evitable ascensión de Arturo Ui”, de Atahualpa del Cioppo; uno de los grandes maestros del teatro latinoamericano, cuya labor permitió la formación de muchos actores y actrices del país.

 “En Desamparados, tuve la oportunidad de ir a la clínica Marcial Fallas, porque allí presentaban teatro; entonces, creo que, en ese momento, cuando me criaba, había mucha efervescencia teatral, había mucho interés de que el teatro llegara a las comunidades. Éramos siete hermanos; íbamos una tropa de familia a ver teatro; eran los inicios de los años setenta”, amplió Méndez.

 Este amante del teatro, recuerda que, en 1975, como parte de un proyecto gubernamental que llevaba estudiantes de secundaria a disfrutar montajes teatrales al Teatro Nacional de Costa Rica, pudo apreciar “El burgués gentilhombre”, de la Compañía Nacional de Teatro, bajo la dirección de Alejandra Gutiérrez, donde participaron grandes actores y actrices de aquellos tiempos -la llamada época dorada de la CNT, según afirmó Méndez.

 En aquella obra, participaron Osvaldo Santa Cruz, Luis Fernando Gómez, Gerardo Arce, Ángela María Torres, entre otros. “Tuve la oportunidad de verlos siendo yo un adolescente; después fueron mis profesores, mis colegas, mis maestros; es muy emocionante recordar esos momentos, porque son personas que lo formaron a uno y eso se agradece muchísimo”, agregó Méndez.

 “En aquel entonces, cuando vi ‘El burgués gentilhombre’, me entró una cosa en el cuerpo… me dije: ‘Yo quiero llegar a estar allí, en el escenario’, y lo logré cumplir; posteriormente, años más tarde, estuve presentándome allí mismo, en aquel escenario, con ‘El Serenísimo Príncipe Don Carlos’, una obra que dirigió Luis Carlos Vásquez en los noventas; fue una grata experiencia. Cuando estuve en ese montaje dije: “Yo quería estar aquí, y acá estoy”.

 Méndez explicó que, posterior a su etapa de secundaria, cuando iba por su segundo año de carrera de Artes Dramáticas en la Universidad de Costa Rica, ya estaba subido en un escenario con el actor Leonardo Perucci, en una de sus primera obras, “El cruce sobre el Niágara”, de Alonso Alegría.

 “Creo que es sumamente relevante e importante que una sociedad tenga a bien fomentar el teatro; estamos obligados a eso. Los gobiernos, las universidades, están obligados por ley y por ética, y por todo lo que eso implica, a fomentar las artes escénicas: teatro, danza, circo, performance. Todas las artes escénicas cumplen un papel fundamental; si nos brincamos la pandemia, que ha sido un fenómeno particular, donde el teatro ha tenido que retroceder, lo hemos venido cumpliendo -pienso yo-, de manera regular; es decir, muchas de las iniciativas de los gobiernos que llegan al poder, han sido constantes, fuertes, conscientes, por ejemplo, mediante un Festival de las Artes, un Festival Internacional de las Artes, con la valiosa fuerza que ambos tienen para las comunidades”, apuntó Méndez.

 “La democratización de las artes escénicas, en ese sentido, es sumamente importante. Un gobierno o un Estado que no invierte en artes escénicas, ya está empezando mal o haciendo las cosas de una manera que no le convienen a ninguno. Siento que, el arte forma parte de la sociedad, forma mejores seres humanos, las personas que van al teatro -ya sea a reírse, a pasar un buen momento, o a llevarse algo consigo, mediante los mensajes del teatro- cambian su manera de ser y su manera de pensar; una persona que fue al teatro, lleva algo para su familia, lleva algo para sí mismo”, agregó Méndez.

 “La cultura es inherente al ser humano y le acompaña desde las cavernas; desde que el primer hombre hizo un dibujo en las cavernas, el arte está allí acompañándole, entonces, cuestionar la importancia del arte en este momento, es inconcebible; creo que el teatro y el arte en general acompañan al ser humano y debe ser labor de los gobiernos mantenerlo, reforzarlo y afianzarlo lo máximo que se pueda”, expresó.

 Méndez reafirma que, para lograr transmitir la pasión por el teatro y sus beneficios, a la sociedad, se deben potenciar las instituciones teatrales, evitar recortar el presupuesto destinado a la cultura; no se debe pensar que la cultura es secundaria. “Lo que venimos haciendo bien, debemos reforzarlo: las giras a las comunidades, que hace la Compañía Nacional de Teatro; el trabajo tesonero que hacemos desde el Taller Nacional de Teatro, llevar promotores culturales a las comunidades de todo el país, con apoyo del Estado y las municipalidades. Actualmente, en los Centros Cívicos por la Paz, con apoyo del Ministerio de Justicia y Paz, hay todo un movimiento de posibilidades para los jóvenes del país, con oferta de teatro y de artes”, explicó.

 Asimismo, Méndez considera conveniente el fortalecimiento de apoyos a las producciones teatrales, como Proartes, las coproducciones con la Compañía Nacional de Teatro; el programa “Tírese el agua”, del Taller Nacional de Teatro, entre otras iniciativas en beneficio del sector teatral del país.

 Para cerrar, Méndez asegura que el Día Internacional del Teatro “es una fecha para que los teatreros reflexionemos, para que convivamos, pensemos nuevamente en nuestro oficio y nos pongamos nuevos retos, nuevas ambiciones y nuevos proyectos”.

 ¿Qué representa el teatro en la vida de…?

 -Marcia Saborío, actriz | Para mí el teatro significa otra vida paralela a mi vida; es el espacio donde soy total y absolutamente feliz. Es la certeza de que no me equivoqué, porque el teatro es un refugio y es un espacio donde podés ser otros seres humanos, lo que te alivia un poco la vida real. El teatro, para mí, es una herramienta que me ha dado todo lo que tengo en la vida; he tenido el privilegio de poder vivir de lo que amo y, también, el teatro representa un arma con la que se puede ir transformando de a poquitos, en grupitos, de uno en uno, de veinte en vente, de diez en diez, a la humanidad y es ese compromiso constante de querer decir algo cuando uno está en el escenario. El teatro para mí es vida; es la vida que me hace vibrar por dentro, para vivir por fuera y creo que estaré ahí hasta el último suspiro, hasta que mi cuerpo lo resista. Estoy agradecida con la vida, que me permitió hacer teatro.  

 -Andy Gamboa, actor | Para mí, el teatro significa vida. Crear otros universos, poder estar en ellos, vivir en ellos, y, por un tiempo, dejar de ser Andy y ahondar en otras vidas, otras realidades, otras problemáticas, que me atañen también como ser humano, pero que, además, me dan esta válvula de escape para ser yo mismo, para imaginar, para reflexionar, para curar, para sanar en la vida y tener una esperanza de que, a través de los que hacemos en el escenario, podemos comunicarnos con otros seres humanos. La gente que va a ver un espectáculo de teatro, se siente identificado, se siente tocado y puede también transformar otras vidas.

 -Kembly Aguilar, actriz y titiritera | No es casualidad que el 21 de marzo se celebre el Día Mundial de la Marioneta y el 27 el Día Mundial del Teatro. El teatro y los títeres no los puedo disociar en mi vida. Me hacen sentir feliz, libre y plena, mantienen mi creatividad siempre desarrollándose y me permiten habitar este mundo con una mirada más empática hacia los demás. Me siento privilegiada por hacer de ellas mi oficio, día a día y en cualquiera de las facetas que lo requieran: construcción, dramaturgia, actuación, producción, etc. Hacen que la palabra “especial” tenga sentido. ¡Tengo toda la semana para celebrar!

 -Arnoldo Ramos, actor | Para mí, el teatro ha significado muchísimo: un estilo de vida, una visión de vida, una posición de vida. El teatro me ha llevado, me ha enseñado, me ha revolcado, me ha hincado, me ha levantado, me ha iluminado y me ha oscurecido al mismo tiempo, y es algo que me ha enseñado la interacción viva, con mis compañeros de escena, con el público y en mi vida cotidiana; de tal manera que no alcanzarían las palabras para describir las sensaciones, los fragmentos, las imágenes que me ha provocado el teatro.  

 -Ilse Faith, actriz | El teatro representa muchísimas cosas en mi vida. Primero: estabilidad; soy totalmente consciente de lo afortunada que soy al poder llamar al teatro “mi machete”; gracias al teatro pongo comida en mi mesa y sobrevivo. Pero, más allá de eso, lo que hace el teatro en mí, a nivel de paz mental, de felicidad, incluso a nivel de esfuerzo y de crecimiento, porque muchas veces se pone cuesta arriba, es totalmente gratificante. Poder trabajar y vivir del teatro es mi pasión.

 Fotografías: 1. “Las fisgonas de Paso Ancho”, de Samuel Rovinski, dirección Eugenia Chaverri, 2001. Archivo CNT | 2. “El hombre de la barca”, de Melvin Méndez, dirección Jean Moulaert y Nandayure Harley, 1990. Archivo CNT | 3. “La tragicomedia del serenisimo príncipe Don Carlos”, de Carlos Muñiz, dirección Luis Carlos Vásquez y Lucho Barahona, 1989, coproducción CNT-Teatro Nacional. Archivo CNT | 4. Dirigiendo “La Mariposa y el Presidente”, de Melvin Méndez, 2016. Archivo Melvin Méndez. | 5. Melvin Méndez junto a estudiantes del Taller Nacional de Teatro.

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