Basílica de Santo Domingo inicia camino para su restauración

  • Obras se concentran en impermeabilización de muros externos y cúpulas de las torres

  • Primera etapa asciende a ¢150 millones provenientes del Consejo Económico de la Basílica

Durante los últimos días los domingueños se preguntaron por qué las cúpulas de las torres de su basílica lucen de color negro. No, no es una moda gótica, como alguno en broma sugirió. Se trata de una capa de impermeabilizante que evitará el ingreso de humedad al concreto y sobre el que se aplicará el color que será elegido. 

Bajo la asesoría y supervisión del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, la Basílica de Santo Domingo emprendió hace un mes un proceso de restauración y mantenimiento. Esta primera etapa que incluye solamente su parte externa, a la espera de nuevos recursos para continuar con la necesaria tarea en su interior.

El arquitecto Mike Rojas, contratado por la Curia Metropolitana para supervisar las obras, informó que los principales trabajos consisten en la impermeabilización, resane y nueva pintura externa del templo, dado el deterioro que presenta en repellos, bases de concreto y pintura, en general. “Es por esto que se requiere un mantenimiento profundo y de calidad; para que la restauración pueda mantener los repellos y la pintura por muchos años”, apuntó.

 Además, es muy importante hacer mejoras en el sistema pluvial para eliminar la filtración de humedad en los muros de ladrillo, por lo cual se colocarán canoas, de las que carecía el templo, y nuevos bajantes para el agua llovida. Las mejoras también incluyen la restauración del muro y rejas perimetrales, la colocación de mallas en capiteles de los pasillos para evitar los daños ocasionados por las palomas y la sustitución del cielorraso del pasillo norte, que está en muy mal estado, por uno similar al de metal repujado que tiene el pasillo sur.

Según el permiso tramitado en el Centro de Patrimonio Cultural -trámite necesario al ser un edificio con declaratoria patrimonial-, las obras planteadas “permiten conservar el tejido histórico del inmueble y la propuesta no riñe con el sentido original con el que fue planeado el edificio”.

 Asimismo, en reciente visita de inspección de la arquitecta a cargo por el Centro de Patrimonio Cultural, efectuada este 13 de julio, se pudo constatar que las obras avanzan según lo planeado y guardando los cuidados necesarios de acuerdo con las especificaciones técnicas para aplicar los impermeabilizantes especiales, así como en cuanto al resguardo de las partes del templo como losas de piedra y vitrales, que han sido protegidos.

 “Se está realizando la impermeabilización de todos los muros externos, cúpulas, tapia perimetral y pórticos del templo. Al momento de la visita se observó que las cúpulas ya cuentan con la aplicación del impermeabilizante negro. Los repellos del costado sur del templo ya fueron retirados y se dio inicio al tratamiento impermeabilizante a tres manos de las paredes de ladrillo”, reportó Cristina Salas, arquitecta del Centro de Patrimonio Cultural.

 Como la fachada principal del templo no es de ladrillo, solamente se realizará un resane de grietas, impermeabilización y acabado en pintura.

 Previo a iniciar estas obras, se lavó toda la iglesia y se aplicó un tratamiento antihongos en todas sus superficies externas. Luego se realizó el decapado utilizando equipo especializado traído de Alemania, el cual permite graduar por milímetros las capas por retirar.

 “Las molduras y detalles superiores de los pórticos no se van a decapar y la tapia perimetral recibirá el resane de grietas, impermeabilización y pintura, al igual que las rejas perimetrales, las cuales ya cuentan con una primera capa de minio rojo”, anotó la arquitecta Salas.

 Asimismo, la Curia Metropolitana consultará con un ingeniero estructural sobre algunas grietas en los muros de ladrillo que fueron detectadas durante la visita de inspección técnica del Centro de Patrimonio Cultural.

 Según informó el arquitecto contratado por la Curia Metropolitana, el presupuesto alcanza los ¢150 millones de colones del Consejo Económico de la Basílica, el que se nutre con el aporte de los ciudadanos.

 Se proyecta que las obras se extenderán por cinco meses, no obstante, la restauración apenas inicia, puesto que es necesario, en una próxima etapa, resanar las paredes internas y restaurar los decorados, entre las tareas principales que quedarán pendientes.

 “Sabemos que la gente de Santo Domingo es muy celosa del templo, pero lo que estamos tratando es de mejorarlo y esperamos que se pueda continuar con la restauración interna, porque los repellos de las paredes internas también se están cayendo y necesitan de tratamiento. Todo esto son costos y solo el tiempo dirá si la gente ayudará con la parte interna después de ver el acabado final de lo que hacemos ahora, porque de verdad que es muy necesario”, comentó el arquitecto Mike Rojas.

 Basílica domingueña: obra de vanguardia tecnológica y urbana de fines del siglo XIX

 Según la declaratoria como Patrimonio Histórico-Arquitectónico, en 2013, el inmueble conocido como Basílica de Santo Domingo de Guzmán en Heredia, fue construido en ladrillo entre 1879 y 1891 con clara influencia del estilo neocolonial y neoclásico, de acuerdo con el diseño del arquitecto guatemalteco Ramón Estrada.

 En ese momento constituyó una obra de vanguardia tecnológica y urbana. La Basílica es uno de los inmuebles más antiguos de la ciudad y conserva, pese a sus modificaciones y reparaciones, una gran integridad a nivel de planta con respecto a su diseño original.

 Asimismo, presenta una alta correlación entre la función, la forma y los materiales empleados en su construcción.

 Además, su construcción supuso una redefinición de la estructura religiosa del centro urbano de Santo Domingo, al constituirse en su nueva parroquia; y, desde el punto de vista urbanístico, implicó la consolidación de un nuevo hito referencial de la trama urbana de la ciudad.

 La Basílica de Santo Domingo de Guzmán se suma a otros templos heredianos patrimoniales que han sido objeto de resientes restauraciones, como el templo de La Asunción o antigua iglesia de San Pablo y la misma parroquia de la Inmaculada Concepción, que recibió un reforzamiento estructural en 2019. Los tres templos fueron construidos en el siglo XIX; son reliquias de la provincia.

Fotografías: 1: Actualmente hay obras en proceso en cúpulas, losas, muro sur y tapia perimetral de la Basílica. Por: C. Salas, CICPC. | 2: Impermeabilizante aplicado en tres capas a las paredes externas de ladrillo, luego, se colocará encima el repello y la pintura como acabado final. Las losas de piedra fueron protegidas con plástico. Por: C. Salas, CICPC. | 3: Rejas y muro perimetral en mantenimiento. Por: Parroquia Santo Domingo de Guzmán, Heredia. | 4: Fotografía antigua de la Basílica de Santo Domingo de Guzmán. Circa 1920. Por: Parroquia Santo Domingo de Guzmán, Heredia. | 5. Fotografía reciente de la Basílica de Santo Domingo. CICPC.

Producción | Centro de Patrimonio Cultural – MCJ. Lizeth López V.

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