Inmueble patrimonial de Cartago recibe últimos detalles para su restauración
La sustitución de las piezas en la estructura de la cubierta o techo, así como las láminas que la cubren y la colocación de una membrana de aislamiento térmico para generar mayor confort en la parte interior del edificio, es parte de los trabajos de restauración que recibió el inmueble patrimonial Botica Central, ubicado en el centro de Cartago.
“El proyecto está en los últimos detalles, lo cual confirmó Marco Numa, de la Hermandad de la Caridad de Cartago, propietaria del inmueble”, apuntó Verónica Solórzano, arquitecta del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, a cargo de la inspección, quien agregó; “las obras han respetado el diseño original del edificio, incluida la cubierta o techo, con el fin de conservar su apariencia original. Lo anterior luego de que las cerchas de madera se vieran prácticamente destruidas por el incendio ocurrido el 21 de octubre de 2019, que ameritó la sustitución por piezas metálicas, las cuales aportarán una mayor vida útil en relación con la madera. Los tapicheles, fueron rescatados y restaurados de manera acertada, además, fueron reforzados con una estructura exógena que le aporta mayor rigidez y seguridad”, explicó Solórzano.
Por su parte, Marco Numa, de la Hermandad de la Caridad de Cartago, informó que la restauración del inmueble se encuentra en los últimos detalles y lo están habilitando para que continúe con su uso comercial. La inversión para restaurar el edificio provino de la organización propietaria.
El inmueble, que últimamente funcionó como un pequeño centro comercial está declarado Patrimonio Histórico-Arquitectónico mediante Decreto Ejecutivo N° 30570-C el 18 de julio del 2002, publicado en el diario oficial La Gaceta N° 138.
Historia de La Botica Central
De acuerdo con Jesús Mata Gamboa, autor del libro “Monografía de Cartago”, el establecimiento farmacéutico más antiguo de la ciudad se fundó en 1850, era la botica Guzmán y al año siguiente, el Dr. Jorge Guier fundó la botica Guier. La tercera y única de las más antiguas que aún existe es la Botica Central.
Aunque no se tiene conocimiento de la fecha o año en que Gerardo Coma fundó la Botica Central, según Mata Gamboa, fue en 1896, al regreso del Dr. Maximiliano Peralta Jiménez de sus estudios en Estados Unidos, cuando se le dio una nueva orientación y empuje al negocio, al conformar una sociedad con Salvador Oreamuno y José María Peralta.
Esta sociedad procuró que los precios y la calidad de los medicamentos de la Botica Central fueran los favorables para las personas de escasos recursos económicos, lo que la hizo la favorita durante muchos años.
Como es bien sabido, el terremoto del 4 de mayo de 1910, prácticamente arrasó con todas las construcciones existentes en la ciudad de Cartago y, por lo tanto, la edificación que albergó primeramente a la Botica Central.
Tras el evento, su dueño, el Dr. Max Peralta, no solo construyó su nueva casa de habitación, sino también, e inmediatamente contiguo, su consultorio médico y despacho de recetas. Miguel Guzmán Stein, en la Revista Herencia de 1995, dice: “A la par del hogar de Max, éste levantó un elegante, pero discreto edificio esquinero que destinó para su despacho médico y una botica donde estuvo alguna vez el Club de la Boñiga”. Con este nombre se referían al sitio de reunión de los adinerados de la época.
Posteriormente del doctor Peralta, la Botica Central tuvo otros propietarios como la recordada Consuelo Messeguer, quien, no siendo farmacéutica, gozó de la confianza de los clientes durante tres décadas, de 1962 a 1992. Luego le sucedió su hija Luisa Garzona Messeguer.
En 2009 el edificio recibió una restauración por parte de la organización propietaria y desde ese momento se convirtió en un pequeño centro comercial donde los cartagineses acuden por consejos de salud y medicamentos, tal como lo han hecho en ese mismo lugar por más de un siglo. (Fuente: Sonia Lucrecia Gómez Vargas, historiadora del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural).