Costa Rica ratifica la Convención de la UNESCO sobre Protección del Patrimonio Cultural Subacuático

El 27 de julio entró en vigor en Costa Rica la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001. La ratificación de Costa Rica es la 60ª a nivel mundial y la 20ª en la Región; con esto, el país se une a la mayoría de los Estados de la región de América Latina y el Caribe.

Según la Convención, en su artículo 1, “por patrimonio cultural subacuático se entiende todos los rastros de existencia humana que tengan un carácter cultural, histórico arqueológico, que hayan estado bajo el agua, parcial o totalmente, de forma periódica o continua, por lo menos durante 100 años…”

En 2001, los países miembros de la UNESCO adoptaron la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, para establecer principios básicos para la protección de este patrimonio. Los Estados que la han ratificado se comprometen a preservar este patrimonio, combatir su explotación comercial, el saqueo de los sitios y el tráfico ilícito de objetos procedentes de ellos. La Convención propicia también, el intercambio de información y la sensibilización pública sobre su importancia. Prevé, además, normas prácticas comúnmente reconocidas para el tratamiento e investigación del Patrimonio Cultural Subacuático y tiene como principales objetivos protegerlo, conservarlo, promover su visitación in situ de manera controlada y su puesta en valor para el desarrollo local.

“Para Costa Rica, la ratificación de esta Convención representa un reto importante para la regularización y protección del patrimonio cultural y arqueológico que existe bajo el agua. A la fecha, el Museo Nacional tiene identificados al menos 20 sitios culturales en todo el territorio nacional, que entran dentro de alguna de las cinco categorías que establece la Convención. Con este instrumento, se da inicio a un proceso de generación de capacidades como un nuevo desafío para el país”, explicó Sylvie Durán Salvatierra, ministra de Cultura y Juventud.

Jesús María Rodríguez-Andía y Parada, embajador de España en Costa Rica, afirmó que “la Cooperación Española decidió apoyar en 2017, con un monto de €200.000 euros el proyecto regional para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático en Latinoamérica y el Caribe, como apoyo para la implementación de la convención de UNESCO de 2001. Este proyecto es gestionado desde la Oficina Multipaís de UNESCO en Costa Rica y se enmarca en el programa de protección del Patrimonio de la AECID, cuya principal línea de trabajo consiste en apoyar los múltiples procesos existentes en conservación, restauración, preservación y revalorización de los bienes patrimoniales, tanto materiales como inmateriales, analizando su contribución al desarrollo sostenible”.

Por su parte, Myrna Rojas, jefa del Departamento de Antropología e Historia del Museo Nacional, explicó que una vez que la Convención entra en vigencia, el siguiente paso es la reglamentación. “Es necesario operacionalizar la Convención por medio de un reglamento que establezca lineamientos y responsabilidades de las diferentes partes, con el fin de garantizar el buen manejo y la protección de los sitios históricos y arqueológicos que entran dentro de estas categorías”, explicó Rojas.

Con el progreso de las técnicas de buceo, los vestigios que yacen en el fondo de las aguas están ahora al alcance de los arqueólogos, pero también de los “caza tesoros”. Por esta razón, el saqueo de sitios arqueológicos se ha desarrollado a gran escala. Sin embargo, aunque numerosos Estados han reforzado la preservación de su patrimonio terrestre, a menudo el patrimonio sumergido permanece sin protección. La ratificación de la Convención de 2001 contribuye a la protección del patrimonio subacuático para no dejarlo expuesto al saqueo de compañías de “caza tesoros”.

Costa Rica tiene muchos tesoros naturales, la mayoría a la vista, pero el país también tiene su parte de tesoros submarinos, sobre todo arqueológicos como el sitio de enterramiento “La Regla”, el sitio funerario más antiguo que se conoce hasta el momento, ubicado en Jicaral de Puntarenas o las trampas de pesca en el golfo de Nicoya. Más recientemente, los restos de un barco supuestamente antiguo encallado en Manzanillo de Limón, se unió a la escasa lista de hallazgos ubicados en la categoría de “Restos de barcos y otros medios de transporte, su cargamento u otro contenido”. Estos vestigios, entre muchos otros, son los que el país se esfuerza por proteger.

Pilar Álvarez, directora de la UNESCO en San José explica que “al convertirse en parte de la Convención, Costa Rica ahora tiene acceso al sistema de cooperación internacional en arqueología subacuática, el cual brinda los mejores estándares internacionales de protección e investigación para sus sitios arqueológicos sumergidos”. También, se promoverá la capacitación de arqueólogos y especialistas costarricenses en el campo del patrimonio cultural subacuático y se trabajará para aumentar la concienciación pública sobre la necesidad de proteger y conocer este patrimonio.

La región Centroamérica ha escrito la historia de las diferentes naciones y pueblos que la conforman a través de una estrecha relación con el medio acuático, y se ha convertido en una de las regiones con mayor número de barcos hundidos en sus aguas, un patrimonio cultural en peligro de expolio y de destrucción. Además, los vestigios de culturas pre-hispánicas hallados bajo las aguas de mares, ríos y lagos son cada vez más importante y constituyen un testimonio clave en la comprensión de la realidad histórica de la región.

Sólo la adecuada protección de estos restos sumergidos puede garantizar su investigación y su acceso público, y así permitir un mejor entendimiento de los antepasados y del desarrollo histórico del continente, así como rescatar del olvido parte de su memoria cultural.

En este sentido, este patrimonio ha sido objeto de varias actividades en el marco del proyecto “Salvaguarda del patrimonio cultural subacuático en América Latina y el Caribe”, de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

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