Julio libre de plástico, y si ¿nos desplastificamos?

  • En este Julio libre de plástico te invitamos a reflexionar sobre el impacto que genera el consumo del plástico sobre el medio ambiente y la salud humana, y sobre todo, a poner manos a la obra: ¡Desplastifica tu vida!

Según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la humanidad produce más de 430 millones de toneladas de plástico cada año. Hasta dos tercios de estos, ¡66%!, son productos de corta vida que en poco tiempo se convierten en desechos. Esta descomunal producción se supone que se va a triplicar al año 2040, debido al redireccionamiento que se ha hecho del petróleo -su materia prima-, hacia la producción de plásticos por la presión ambiental ejercida sobre los combustibles y el desarrollo de la industria del automovil eléctrico.

Durante la producción, eliminación y aún cuando están simplemente depositado en un vertedero los plásticos emiten gases de efecto invernadero, que contribuye al cambio climático. 

El plástico es uno de los residuos que tardan más tiempo en degradarse y de 8 a 10 millones de toneladas terminan directamente en los océanos.  “El plástico no se degrada, sino que se fracciona en microplásticos, partículas menores a 0.5 cm, debido a la exposición al sol por sus rayos UV, calor, y al agua. Estos fragmentos ingresan luego la cadena alimenticia, afectando las diferentes especies y alterando los ecosistemas”, explicó Luis Diego Marín, director de Preserve Planet.

 El plástico genera múltiples impactos, por lo que los costos sociales y económicos de la contaminación por plásticos, por su manejo, pérdida de ecosistemas, lugares turísticos, etc., oscilan entre los 300.000 y 600.000 millones de dólares al año.


Más allá del impacto ambiental

Estamos expuestos al plástico prácticamente en cada aspecto de nuestra vida y esto va en aumento, debido al incremento en su producción.   

De acuerdo al informe de la ONU, Químicos en Plásticos (1), más de 13,000 químicos sintéticos se han asociado al proceso de producción o bien forman parte de los componentes químicos de los diversos tipos de plástico.  De estos, se estableció que 3,200 son potencialmente preocupantes debido a la evidencia toxicológica y epidemiológica de los impactos, neurotóxicos, carcinogénicos, inmunes y edocrinos sobre la salud humana. Incluyen ftalatos, bisfenoles, biocidas, metales, estabilizadores UV, substancias per- y poli-fluoralquílicas (PFAS), retardantes de flama a base de boro y organofosforados. Desafortunadamente, estos componentes se infiltran durante su uso diario al medio ambiente y los alimentos contenidos en este material. 


“Hacer ver el problema del plástico a un mero desecho, es un enfoque que no permite visualizar en toda su amplitud dicho problema. El plástico puede generar tanto complicaciones ambientales como económicos y sociales, dentro de los que se incluye el potencial de afectar la salud de las personas.”, indicó Luis Diego Marín.


Sobre Julio sin plástico

Julio sin plástico (Plastic Free July) es una iniciativa creada para concientizar acerca de la relación que tenemos con el plástico en nuestra vida, que busca reducir su uso proponiendo alternativas sustentables como reemplazo. Esta plataforma acompaña a quienes están en la búsqueda de cambiar hábitos proveyéndolos de recursos e ideas para reducir el uso de plásticos de un solo uso.


La campaña creada por Rebecca Prince-Ruiz en 2011 en Australia a través de la Fundación Plastic Free, es una de las iniciativas con mayor aceptación y compromiso a lo largo del mundo.

Se suma a esta iniciativa el Dia Internacional Libre de las Bolsas de Plástico que se conmemora el 3 de julio, con el objetivo de reducir las bolsas de plástico de un solo uso, ya que estas se han convertido en uno de los objetos más cotidianos y también en uno de las más perjudiciales para el medio ambiente.  

Al ser un material omnipresente encontramos evidencias de su ingesta por el ser humano y las vías que utiliza. Un dato verdaderamente preocupante es que el 90% de nuestra sal en el mundo contiene micro plásticos. También se ha encontrado presencia de micro plásticos, en peces, carne de vaca, cerdo y leche vacuna. Ingerimos entre 39,000 y 52,000 partículas anuales de micro plásticos. Se ha logrado evidenciar la presencia de microplásticos en la sangre, en la placenta y la leche materna del ser humano.

 

“No es cuestión de proponer soluciones parciales y temporales como las limpiezas de playas o la colocación de “bio” bardas, ya que no resuelven de forma integral el impacto del plástico sobre la salud humana y el ambiente. Recordemos que por ejemplo las bardas no detienen el paso de los microplásticos menores a 0.5 cm, ni todas aquellas substancias químicas que secreta el plástico que finalmente envenenan los ecosistemas a su paso. La solución debe de ser en el origen rechazando todo tipo de plástico desechable”, afirmó Marín.

 

Es momento de tomar acción, es hora de desplastificarnos, dí: ¡No al plástico de un solo uso!

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