Costa Rica, República Dominicana y Alemania trabajan para garantizar la participación justa y equitativa de beneficios obtenidos del uso de recursos genéticos y bioquímicos de la biodiversidad.

  • Países se unen en un proyecto de Cooperación Triangular para trabajar en el fortalecimiento de capacidades institucionales para asegurar el acceso a recursos genéticos y bioquímicos obtenidos de la biodiversidad, y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de su utilización, conocido por sus siglas en inglés ABS (Access and Benefit Sharing).

  • Casos de éxito ticos serán compartidos a países SICA para que puedan ser replicados.

  • Sello ABS será presentado al mundo en COP16 de Biodiversidad en Colombia  que se realizará en entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre de 2024.

Por medio  de un proyecto de Cooperación Triangular los gobiernos de Costa Rica y República Dominicana procuran mejorar la gestión y procedimientos institucionales relacionados al acceso, permisos y trazabilidad en el aprovechamiento comercial y no comercial de los recursos genéticos y bioquímicos que se obtienen de la biodiversidad.

Costa Rica fue el primer país de la región en crear el distintivo ABS en el año 2018, por lo que transfirió la experiencia a República Dominicana, quien adaptó el incentivo a sus necesidades y desarrolló el Sello ABS RD, que será lanzado en junio de 2024. Estos incentivos están dirigidos a los sectores que incursionan en la innovación a través del aprovechamiento de recursos genéticos, en especial el sector privado, ONGs, academia e investigadores. Actualmente 4 empresas cuentan con el sello ABS y hay mujeres en zonas rurales beneficiadas con el mismo.

Durante un evento realizado en Costa Rica, se dieron a conocer los principales resultados y logros que alcanzó este proyecto desde su creación en 2021. Teniendo entre estos el fortalecimiento y posicionamiento de la aplicación de los principios ABS ante diferentes sectores productivos y fomentar el cumplimiento normativo en esta materia. Esto incluye al sector privado que utiliza principalmente con fines comerciales los recursos genéticos y/o bioquímicos que se obtienen de la biodiversidad para la producción de fármacos, cosméticos, fertilizantes, entre otros.

El proyecto llamado “Fortalecimiento de la aplicación de los principios de acceso a recursos genéticos y/o bioquímicos, y la participación justa y equitativa de beneficios (ABS) en República Dominicana y Costa Rica”, que es liderado en Costa Rica por el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) y cuenta con el apoyo del Ministerio de Planificación Nacional (Mideplan), busca fortalecer las capacidades de gestión institucional y promover la aplicación de los principios ABS en los sectores productivos que utilizan este tipo de recursos como un mecanismo que además garantiza la conservación y uso sostenible de la biodiversidad soberana de los países, como se ha sido establecido en el Convenio de Diversidad Biológica (CDB).

Esta iniciativa, es financiada por el Fondo Regional para la Cooperación Triangular con socios de América Latina y el Caribe, e implementada por la Cooperación Alemana para el Desarrollo, GIZ, a través del Programa Biodiversidad y Negocios en Centroamérica y República Dominicana, por encargo del Ministerio Federal Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ).

Ronny Rodríguez, ministro a.i de Ambiente y Energía, celebró el esfuerzo del país, por medio de la Comisión Nacional para la Gestión de la Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y Energía y agradeció al sector empresarial, la academia, la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo, a GIZ y a las autoridades de República Dominicana.

“Este tipo de iniciativas son de gran relevancia, ya que fortalecen el balance que debe existir entre conservación y fortalecimiento económico en los países, porque cuando logramos que las personas y las comunidades se apropien de los beneficios de los recursos ecosistémicos, los van a proteger con más rigurosidad. Costa Rica es un excelente ejemplo de cómo enfrentar los desafíos climáticos actuales por medio de un acceso justo a los recursos genéticos y de acceso a la biodiversidad, es de vital importancia para el planeta.  Gracias a este proyecto de cooperación triangular que finaliza hoy, podremos llevar todas estas lecciones aprendidas del sello ABS, a otros países de la Región”, concluye Rodríguez.

Svenja Paulino, Directora del Programa Biodiversidad y Negocios de la GIZ, comenta: “Ambos países han venido implementando importantes esfuerzos para fortalecer los marcos jurídicos, así como las capacidades institucionales en materia ABS para garantizar la conservación y uso sostenible de la biodiversidad. Con este proyecto se reveló una oportunidad para fortalecer el rol del sector privado ante los desafíos climáticos globales, y reconocer el potencial en el uso sostenible de los recursos genéticos que se obtienen de la biodiversidad para el desarrollo de los países, aplicando y asegurando que sea mediante buenas prácticas y se distribuyan los beneficios que derivan de su utilización a quienes los proveen y conservan.”

En este proyecto se trabajó con varias líneas de acción tomando como base el intercambio mutuo de experiencias entre los países. Una de ellas está relacionada al fortalecimiento de las capacidades institucionales para la aplicación de los principios ABS. En este caso, República Dominicana transfirió a Costa Rica su experiencia con relación al establecimiento de los puntos de verificación, los cuales son mecanismos de vigilancia designados a recolectar o recibir información sobre la utilización y destino de los recursos genéticos, y con ello asegurar su resguardo como recurso soberano nacional.

“Costa Rica cuenta con una biodiversidad con gran potencial económico y es pionero tanto en su aprovechamiento como en la legislación que regula su uso. Hay un gran interés de instituciones y empresas en el uso de los recursos genéticos y/o bioquímicos con fines comerciales, por lo que tenemos que asegurar el cumplimiento normativo, así como el uso sostenible y la participación justa y equitativa de los beneficios, en especial de las poblaciones campesinas que proveen estos recursos, siendo esto un incentivo que además contribuye a mejor la calidad de vida de las personas y la sostenibilidad ambiental del país”, comenta Angela González, directora ejecutiva de CONAGEBIO.

Otro de los logros de este proyecto en ambos países está relacionado con la creación de incentivos como herramienta de promoción a la innovación y cumplimiento normativo en materia de acceso a los recursos genéticos. Esto forma parte de las recomendaciones del Protocolo de Nagoya del CDB, según el cual los países pueden promoverlos para crear consciencia pública acerca del valor económico de la diversidad biológica y con ello asegurar su conservación, con miras a alcanzar el desarrollo sostenible y el bienestar humano.

“Para República Dominicana garantizar la soberanía de los recursos genéticos y sus derivados de la biodiversidad es prioridad, teniendo en cuenta que con su utilización se obtienen beneficios que deben ser distribuidos a los custodios o proveedores. La diversidad biológica es la base de la economía de nuestro país, que contribuye al desarrollo y el bienestar humano. Es por esto que es meritorio la creación del Sello ABS RD como un incentivo a los usuarios que cumplen con la legislación ambiental y distribuyen los beneficios a los proveedores, ya que muchas veces a través de las investigaciones se logra como beneficio información relevante que el Estado puede aprovechar para la toma de decisiones”, explica Marina Hernández, directora de biodiversidad del MMRENA.

A la fecha se busca en ambos países un posicionamiento de esta iniciativa a través de estrategias de comunicación para sensibilizar e involucrar a diferentes actores que utilizan recursos genéticos y bioquímicos obtenidos de la biodiversidad. Para conservar la salud de la biodiversidad y el bienestar humano, es crucial fomentar las prácticas sostenibles a través de alianzas entre el sector privado y el público para así salvaguardar la diversidad genética mediante una adecuada seguridad jurídica que reconoce el potencial económico de dichos recursos y su aporte al desarrollo sostenible de los países.

"Si bien la responsabilidad principal de la implementación y del seguimiento de muchos temas del desarrollo y relacionados con el ambiente recae de forma importante en los gobiernos, es un hecho que los grandes desafíos mundiales actualmente requieren la colaboración de todos los actores. La inclusión de actores privados en estrategias de desarrollo y en particular en programas y proyectos de CT se presenta todavía como un desafío, pero las posibilidades de estos actores como agentes de cambio son variadas, y uno de los elementos centrales es que son capaces de poner a consideración casos prácticos en su ámbito de acción y así mejorar el impacto", explicó Juan Carlos Fonseca, encargado de Cooperación Triangular del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica. 

Este sello ABS será presentado al mundo en la próxima COP16 de Biodiversidad en Colombia,  que se realizará en entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre de 2024.

La COP de biodiversidad, es un espacio internacional para establecer agendas, compromisos y marcos de acción en relación con la conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, y atender desafíos como la crisis climática, la pérdida de hábitats naturales, la sobreexplotación de recursos naturales, entre otros.

Recordemos que, durante la COP 15, celebrada en Montreal Canadá, se adoptó de manera unánime el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal. Este Marco busca detener y revertir la pérdida de la naturaleza, en un contexto donde cada vez se potencializan los escenarios de amenaza a la supervivencia millones de especies y personas. El objetivo de este marco es proteger y emplear los servicios que ofrece la biodiversidad de manera sostenible.

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